Permítanme una digresión que no tiene nada que ver con la música en sí misma, sino más bien con este mundillo internáutico: no me gusta nada el anonimato. Cuando leo a alguien quiero saber de quién se trata. Saber lo más posible de una persona facilita comprender los porqués de lo que escribe, mientras que limitarse a leer sus opiniones sobre un tema concreto permite conocer sus gustos y razonamientos, pero no entenderlos. En el caso concreto de lo musical, ¿es lo mismo un señor de veinte años que uno de sesenta? ¿Uno que reside en una ciudad de larga tradición que uno que viva en un pueblo? ¿Uno de nivel acomodado que alguien que apenas a fin de mes? ¿Una persona de pensamiento en general conservador de alguien progresista? Obviamente no. Aparte de esto, a mí me incomoda conversar -en el caso de foros y comentarios blogueros- con alguien del que no se sabe absolutamente nada, ni siquiera el nombre. Me parece muy aséptico e impersonal, aparte de que no permite adaptar el tono de la conversación hacia el perfil del interlocutor.
En cualquier caso, el principal inconveniente que para mí tiene el anonimato es la cantidad de personas que se escudan en él para comportarse con extrema impresentabilidad. Si se hace alguna acusación a alguien o algo -cosa que está muy bien y en la que yo no suelo cortarme un pelo-, hay que hacerla con nombres y apellidos, y siendo conscientes de que si estamos equivocados o nos faltan argumentos convincentes hay que pedir disculpas y retirarse; a mí me pasó una vez con una persona del mundillo artístico a la que sigo considerando culpable de toda clase de choriceos y sinvergonzonerías, pero sobre la que fallé a la hora de ofrecer pruebas concluyentes. Lástima, pero así son las cosas. Lo que no está bien es lo que hacen muchos, tirar la piedra y esconder la mano.
Peor aún es el caso de quienes se dedican a escribir por ahí con su nombre y apellidos y luego se esconden en un seudónimo para desacreditar, a veces con una gran dosis de virulencia y mal gusto, a quienes tienen una opinión contraria. De esos también hay bastantes, me temo, y he conocido a alguno sobre el que no puedo tener una opinión más negativa en lo que a honestidad se refiere. Y también se dan los casos -estos muy divertidos- de quienes duplican y triplican personalidades para conversar con ellos mismos y demostrar lo cultos y amigables que son. De hecho circuló por ahí un caso bastante sonado de cierto señor ya de avanzada edad; uno que al mismo tiempo es duramente atacado en determinados lugares de la red por una larga serie de nicks que muy probablemente pertenecen, a su vez, a solo dos o tres personas sorprendentemente multiplicadas. Ya saben, igual que el chiste: "Doctor, tengo doble personalidad", a lo que éste contesta aquello de "siéntese y charlamos los cuatro".
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
jueves, 11 de octubre de 2012
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5 comentarios:
En dobles personalidades somos especialistas los andaluces; Aqui conjugamos devocion por un santo o una virgen,llegando a situaciones esperpenticas mas propias del antiguo regimen por su falta de luces, con votar masivamente a formaciones que defienden matrimonios homosexuales o el aborto y todos tan contentos,por no hablar de nuestra mania a insultarnos vivamente para acabar en torno a una "servesita" y unas olivas y todos tan amigos. Pues No.
Si le reconozco en un concierto ya me presentaré. Pero, como me imagino que a mucha gente, prefiero pasar en el anonimato. Es un inconveniente de los comentarios contra las ventajas que da el poder intercambiar opiniones. Pero ya he dejado bastantes datos de conservador, mejor reformista, y añejo. Pero no sé de qué le puede servir.
De todas maneras no veo que haya especiales problemas con los que intervienen.
Sólo una sugerencia por si "anónimo" son varios. Que se pongan un sobrenombre más divertido.
Ahora al robot.
Es mejor decir "No al anonimato" pero estos tiempos globales, están cambiando las cosas y casi nunca para bien de muchos... Bueno, lo mío es sólo una opinión y como dijo Don Charles Darwin: si nos adaptamos, es mejor... porque pienso que si tenemos y mantenemos una página tan importante, docente y a estas alturas de mis 60 "añitos", tan necesaria como ésta, creo que hay que adaptarse -y casi mejor- atenerse a las consecuencias... por aquéllo de París bien vale..... Un Saludo Cordial desde Buenos Aires
Jorge Luis Argüero - Doc.10.126.940
Argentino . 60 años.-
Corren tiempos de cambios en la sociedad global, muy global...
Entonces, como dijo Don Charles Darwin: -Mejor es adaptarse..!!
Los "anonimatos" se dejan de lado,
o se deja esta maravillosa página;
recordando que si París bien vale...
más vale esta página y sus dilectos lectores, entre los que me encuentro.
Saludo Cordial..!!
Jorge Luis Argüero Doc.10.126.940
Buenos Aires - Argentina
60 "añitos"
Bruno, esta entrada no va por ninguno de los "habituales" de este blog, sino más bien pr quien se pasa por aquí sin firmar con pseudónimo ni siglas pero deja caer algo digamos "fuerte" sobre algún artista. Y también va por quienes en otros lugares de la red escinden sus personalidades en dos, tres y las que hagan falta. Cuando alguien, por ejemplo usted, firma siempre de la misma manera, guarda su intimidad al tiempo que permite ser "identificado". Eso sí que me parece muy bien.
Jorge Luis, no hace falta ninguna que revele usted nombre, apellidos, carné de identidad o lugar de procedencia, aunque esto último viene muy bien para poder mandar desde aquí un saludo a una ciudad que a los españoles, desde la distancia, nos despierta muchísima simpatía. Cordialmente,
Fernando
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