El segundo de los vinilos con repertorio clásico grabados por Bernard Herrmann para Decca que aún quedan total o parcialmente por salir en CD, no tan excepcional como el comentado hace unos días (enlace) pero aun así bellísimo, estuvo dedicado a Satie, Debussy, Ravel, Fauré y Honegger. The Impressionist fue grabado en el Kingsway Hall de la capital británica en un solo día, el 21 de diciembre de 1970, y contó con la participación de la Filarmónica de Londres tan querida por el compositor y director neoyorquino. Enorme lentitud en los tempi –a veces al borde del precipicio-, marcadísimo sentido del color y, sobre todo, una emotividad de fuerte melancolía que se pone por encima de la sensualidad impresionista, son el denominador común que comparten estas singulares recreaciones.
La cara A arranca con las Gimnopedias nº 1 y 2 de Satie, en subyugantes recreaciones que sí habían tenido la oportunidad de asomarse en compacto un par de veces: la primera en la serie barata Weekend Classics y la segunda, ya remasterizada, completando la duración del vinilo que en su momento se llamó Erik Satie and his friend Darius Milhaud, que no sabemos por qué sé se pasó a formato digital siendo bastante menso interesante –por la música incluida- que el que comentamos.
Emotivo e intenso, más que evanescente, el Claro de luna de Debussy que viene a continuación. Este también había aparecido en CD, concretamente dentro de un batiburrillo titulado Music for Relaxation 1 - Nocturne que me compré únicamente por Herrmann. Lo que hasta ahora no había salido (y sigue sin salir: hablamos de un vinilo ripeado) es La plus que lente, del mismo autor, de nuevo en una recreación poco francesa –no hay más que compararla con la de Martinon- pero pese a ello (mejor dicho: precisamente por eso) de enorme vehemencia expresiva.
El Fox-Trot de las cinco en punto, transcripción de uno de los momentos más deliciosos de la ópera El niño y los Sortilegios, nos trae al Herrmann más claramente sarcástico, burlón y aficionado al humor negro –verdadera marca de la casa como compositor-, pero nuestro artista tampoco descuida la elegancia, el encanto y la cantabilidad que demanda la música de Ravel. Una maravilla que, por suerte, teníamos en CD acompañando el contenido del vinilo The Four Faces of Jazz.
De nuevo en Music for Relaxation encontrábamos la Pavana de Fauré que abre la cara B, por cierto en su versión sin coro. Interpretación lenta, lentísima. Quizá demasiado. Pero también llena de fuerza expresiva, con unos clímax hirientes y desazonadores. Se cierra el disco con la Pastoral d’Ete de Honegger, inédita en compacto. Mágica recreación, por una vez claramente impresionista, muy sensual y difuminada, pero también de un lirismo de altos vuelos que por momentos nos traen aires de las bandas sonoras más románticas del propio Herrmann, sobre todo de la hermosísima para El fantasma y la señora Muir (1947).
¿A qué demonios espera Decca para pasar en su integridad esta maravilla a compacto? Conformémonos mientras tanto con lo que nos ofrece el blog The Phase 4 Stereo (enlace), al que estamos inmensamente agradecidos.
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