De cara a la inminente visita a Madrid de Benedicto XVI para apoyar electoralmente al Partido Popular predicar el Evangelio a los jóvenes, traigo aquí uno de los más impresentables populares trabajos de Plácido Domingo. Perteneciente a su álbum Amor Infinito, consagrado a poner música a las hipócritas comprometidas poesías de Karol Wojtyla, el tenor madrileño nos dice sobre una partitura de Maurizio Fabrizio y Guido Morra que «La libertad es una conquista / que no termina nunca. / No es nunca una posesión / sino una heredad. / La libertad no tiene precio. / La pagarás con tú mismo. /Deberás darlo todo / sin recriminar». Precioso, ¿a que sí? Y qué significativo que Juan Pablo II nos hablase precisamente de la Libertad.
2 comentarios:
Lo mismo que cuando la lideresa se autodeclara liberal con lo que ello comporta (no intervencionismo) y después hace justamente lo contrario. Haz lo que yo te diga pero no lo que yo haga...
Ayer, en una entrevista radiofónica, el prelado responsable de la visita papal decía literalmente: "tenemos que aprender a vender nuestro producto"
No hacen falta más palabras.
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