Pues sí, me parece una floja versión de la suite sinfónica de Rimsky la que aquí nos encontramos. La introducción, con un violinista (Sergei Levitin) pretencioso y afectado, ya deja un mal sabor de boca. No convence el primer movimiento, en exceso ampuloso y muy poco natural. Los dos siguientes están bien, pero su poesía es escasa y su magia más bien ninguna. Puro Gergiev el cuarto: fogoso, extrovertido y brillante a más no poder, pero terriblemente tosco y planteado con excesiva teatralidad, muy de cara a la galería. Desde luego el maestro sabe lo que hace, porque no serán pocos los que se dejen seducir por semejante desmadre efectista.
La orquesta, por descontado, es de buena calidad, y Gergiev la hace sonar con una rusticidad presuntamente muy rusa que algunos encontrarán atractiva. Yo no lo tengo tan claro a ese respecto. De lo que sí estoy seguro es de que hay versiones de la obra mucho mejores, entre ellas las de Reiner, Markevitch, Rostropovich, Ozawa/Boston, Kondrashin y Celibidache (ni Beecham, ni Karajan ni Barenboim estaría en mi lista, lo siento).
El disco Philips se completa con una prosaica lectura de En las estepas de Asia Central (Borodin) y con otra temperamental y muy basta -otra vez Gergiev en estado puro- de Islamey (Balakirev). La confusa, sucia y reverberante toma sonora, inadmisible para datar de 2001, acentúa los peores defectos de la batuta. Es dudoso que en la edición en Super Audio CD mejore mucho la cosa.
4 comentarios:
La de Barenboim es una gran versión. Sólo basta con oírla desprejuiciadamente. Cómo remata el segundo tiempo, por ejemplo. Versión amplia, bastante menos latosa y mucho mejor tocada que las que hay en disco de Celibidache (JSR)
No lo veo del todo así. No hace mucho volví a escucharla y tomé las siguientes notas:
"Barenboim obtiene un admirable punto de equilibrio entre lo rústico, lo dramático, lo narrativo y lo lírico, evitando toda grandilocuencia pero consiguiendo una enorme grandeza. Administra además muy bien las tensiones, paladea las melodías con sosiego y gradúa con acertado sentido las dinámicas. El problema es que el director no termina de implicarse por completo en la obra, echándose de menos algo más de ternura, sensualidad, vitalidad… de variedad expresiva, en definitiva. Sensacional el choche de Simbad contra las rocas, gracias entre otras cosas a los portentosos metales de Chicago. El violinista Samuel Magad ofrece un sonido muy carnal. La toma sonora no es todo lo buena que debiera."
Pues eso.
Las versiones de Celibidache son esplendidas, tanto la de Stutgart en Dvd como la postrera de EMi en Munich, nunca se habian oido tal cantidad de matices en una obra tan manida. Y que hablar de la ninguneada de Markievich como bien dices es de las mejores.Destacaria tambien la ferrea de Reiner, y a Ormandy. Que lastima q este director este olvidado
A mí la de Ormandy me gusta menos... al menos la del DVD, que es la que conozco. La de Markevitch es maravillosa, sí, pero que yo sepa en CD solo es localizable en una edición española de quiosco.
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