sábado, 7 de marzo de 2009

La Tosca “in the setting and the times of”, por fin en DVD

Pues sí, ya iba siendo hora. Claro que la edición, presentada con gran lujo en una gruesa caja de cartón y ofrecida por un precio bastante razonable (me costó unos 22 euros en un “Ricordi” de Roma), parece enfocada tan solo para el mercado italiano, pues es el idioma de Dante el único que aparece en el precioso librito de cuarenta y cuatro páginas encuadernado en tapa dura que acompaña el producto.

Tosca_Mehta_DVD

Pero bueno, al menos ya tenemos en este formato la Tosca que dio tanto que hablar allá por 1992 cuando el productor Andrea Andermann se decidió a ofrecer la ópera de Puccini en directo utilizando no sólo los lugares de la acción (con la orquesta en estudio, claro), sino también rodando a las horas del día correspondiente: la monumental iglesia barroca de San Andrea della Valle al mediodía, el renacentista Palazzo Farnese a la hora de la cena y la azotea del Castel Sant’Angelo al amanecer. Giuseppe Patroni Griffi sería el director de una filmación retransmitida “live” a ciento siete países (España no se encontró entre ellos) y posteriormente editada en VHS y Laser Disc.

La idea estuvo muy bien realizada si tenemos en cuenta las dificultades logísticas que entraña el asunto: la planificación cinematográfica se había de atener a las posibilidades de encuadre que ofrecía el espacio con que contaban las cámaras, y por ello en muchos momentos lo que se ve y lo que se oye no terminan de encajar. Aun así, los resultados son dignos, a ratos de un extraordinario atractivo dada la belleza de los escenarios. Ahora bien, el montaje podía haber estado mejor resuelto, pues sin duda la filmación de los ensayos ofrecía a la hora de la edición una cierta flexibilidad que debería haberse aprovechado para algo más que para corregir alguna incidencia, como el famoso batacazo de Domingo.

Se ha beneficiado de un excelente trasvase a DVD -a pesar del grano en los momentos más oscuros- la bellísima fotografía de Vittorio Storaro, quien se recrea en los marcos de la acción sin excederse en el preciosismo y realizado algún que otro hallazgo importante, como el travelling en contrapicado de Scarpia durante el Te Deum, aunque de nuevo aquí el montaje no termina de estar a la altura de la que es una de las más geniales y acongojantes músicas de toda la historia del género operístico.


La dirección teatral es más bien convencional, ofreciendo algunos errores de bulto (¡los soldados leyendo junto a Floria y Cavaradossi el salvoconducto!) junto a algunas aportaciones de gran interés; entre estas últimas sobresale cómo Tosca le ofrece su collar a Scarpia como pago por la vida de su amado, este último se lo vuelve a poner en el cuello (“A donna bella…”) y aprovecha el instante para acariciarla. En cualquier caso, un director más inteligente que Giuseppe Patroni hubiera sacado mayor partido a las diferentes situaciones.

Zubin Mehta, pese a la mediocridad la Orquesta Sinfónica de la RAI de Roma, ofrece una dirección brillante y teatral, de notable sentido del color y magnífico idioma, que podría ser calificada como modélica si no sobrase algún portamento y no se echase en falta un poco más de concentración y creatividad en determinados pasajes.

En cuanto a los cantantes, hay que tener muy en cuenta que debieron de pasarlo muy mal al cantar no sólo a horas intempestivas, sino además escuchando a la orquesta por altavoces y rodeados de cámaras girando continuamente en torno a ellos. No se puede valorar su labor, pues, como la realizada sobre un escenario convencional o en un estudio de grabación. Dicho esto, puntualicemos.

A Catherine Malfitano se le han de poner reparos vocales, pues aunque canta bien no podemos dejar de reconocer una voz de discreta calidad tímbrica, un grave más bien pobre y una gama de recursos no muy amplia. Ahora bien, su recreación del personaje, que debe muchísimo la genial e inigualable de María Callas, es portentosa. Es la suya una Tosca que actúa las veinticuatro horas del día, inocente y al mismo tiempo manipuladora, hecha de pasión, sexo y religiosidad a partes iguales, teatral y apasionada hasta la misma muerte… Su sobreactuación escénica, que quizá debería haber estado un poco más controlada, es consecuente con este planteamiento.

Ese genio de la ópera que es Plácido Domingo (carcajadas aquí de cierto sector de la melomanía) ha hecho Cavaradossis mejores, más cálidos y espontáneos. Y desde luego ha ofrecido de manera mucho más satisfactoria “E lucevan le stelle”, que por cierto canta aquí a las seis de la mañana. Ahora bien, su adecuación vocal, su estilo y -sobre todo- su capacidad para conjugar emoción y buen gusto le hacen ganar por completo la partida. Incluso se le perdona que sea un actor normalito, algo que una narración cinematográfica pone mucho más en relieve que una función teatral.

El que es un actor como la copa de un pino es Ruggero Raimondi, quien sencillamente se merienda aquí a sus colegas: su Scarpia terrible y lascivo es de verdadera antología en lo escénico y notabilísimo -por aquellas fechas, claro- en lo vocal, una faceta en la que, aun siendo más actor que cantante, no olvida en absoluto matizar el personaje; impresionante el “Te Deum”. Muy bueno el Angelotti de Giacomo Prestia.

Esta edición incluye un “making of” de 55 minutos rodado en 2008 que, la verdad, aun estando bien realizado se queda un tanto en la superficie, y además no ofrece testimonio de ninguno de los cantantes. Los subtítulos vienen sólo en italiano, francés e inglés, lo que hace que este DVD, que sería ideal para un primer acercamiento a Tosca, no pueda recomendarse a los melómanos de habla hispana que no conozcan de antemano la ópera. Una verdadera pena, pero menos es nada. ¿Cómo ha estado un producto tan comercial sin salir en DVD hasta ahora? La imagen es 16:9 anamórfica, y el sonido viene en 2.0, 5.1 y DTS. Edita “Rada Film” y distribuye “01 Distribution” (enlace).

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