Dicen que no terminó de entusiasmar a cierto público neoyorquino esta producción del maravilloso título de Humperdinck, que se ofreció en el Metropolitan las pasadas navidades y que hace pocos meses ha editado EMI en formato DVD. No me extraña: a determinadas sensibilidades de "nuevo rico" no les debe de haber hecho mucha gracia ver un Hänsel y Gretel sin rastro alguno de la puerilidad tópica, cursi y almibarada con que a veces se aborda. Pero a mí me ha encantado la propuesta de Richard Jones, rematadamente teatral (¡qué dirección de actores!), personal e imaginativa pero no provocadora ni disparatada, que acertadamente subraya, sin pasarse, los aspectos más sombríos y escabrosos del asunto, bien apoyada por un fantástico diseño de producción a cargo de John Macfarlane.
En sintonía con la propuesta escénica, VladimirJurowski ofrece una dirección intensa, dramática y aristada en la que apenas hay concesión a la dulzura, hasta tal punto de que, siendo muy emocionante y haciendo gala de un portentoso sentido del color, en algún pasaje se puede echar de menos una mayor delectación melódica. De todas formas, un soberbio trabajo. Fabulosa la orquesta y maravillosa la escolanía infantil.
Estupenda Christine Schäfer (menudo cambio, de la "viciosa" Lulu a la angelical Gretel), a pesar de algunas tiranteces en el agudo; y notabilísima, ya que no muy personal, la mezzo Alice Coote. Un lujazo en el rol de la madre la presencia de Rosalind Plowright, menos mediocre en lo vocal que lo esperable a su edad y artista como la copa de un pino. Sólido, más que matizado, el padre de Aland Held. Aceptable Sasha Cooke como el hombre de arena y bastante mejor la espléndida Lisette Oropesa como el hada del rocío. Claro que quien se lleva el gato al agua es Philip Langridge, un artista al que no se valora como se merece: su bruja es divertida, sí, pero en lugar de graznar, canta. Y canta de manera admirable.
La función, que corresponde al 1 de enero de 2008, está bien filmada (aun abusando de los contrapicados) y posee una soberbia toma sonora en 5.1 auténtico. Renée Fleming hace de simpática anfitriona. Los extras son escasos pero interesantes. Y el precio al que se ofrece el DVD es bastante aceptable. Se lo recomiendo plenamente al lector de estas líneas, más aún que el de Solti con la Filarmónica de Viena (Deutsche Grammophon), musicalmente excelso pero anticuado en la parte escénica (enlace).
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Menos chichi y más chicha!
Perdón por el chiste malo y ordinario, pero tenía que hacerlo. Acabo de salir del Ateneu Ruman (sí, estoy en Bucarest) de escuchar el Concie...
-
Me permito rendir un pequeño homenaje a Beethoven en su 250 cumpleaños con esta breve comparativa de la Novena que he improvisado recogiendo...
-
ACTUALIZACIONES 2.IX.2024 Pasamos de 54 grabaciones a 76. 19.X.2022 Publiqué una cata de solo quince grabaciones en junio de 2019, pasé a cu...
-
Al hilo de la lujosa exposición que ofrece Murcia en torno a Alfonso X en la que se reúnen por vez primera los cuatro códices de las Cantiga...
3 comentarios:
Bueno no, EXCELENTE DVD, además de muy barato. Divertido a raudales y con grandísimos cantantes. Mención especial para mi adoradísimo Landridge, Bruja ejemplar.
Lo único que no me gusta del DVD es que produce cierto empacho en la escena de la Bruja: se ponen como cerdos, comiendo dulces jejejeun
Hombre, me alegra saber que hay más gente que admira a Langrigde, cantante estupendo y actorazo de primera. Claro que como no canta Duques de Mantua y cosas así...
Langrigde, aparte de ser el marido de la estupenda Ann Murray, es un extraordinario intérprete, uno de mis preferidos. Ha desarrollado (y desarrolla aún)una carrera inteligentisima tanto en ópera como en lied y oratorio. Gran Gerontius, gran Príncipe Schuikshi del Boris, y gran britteniano (enorme Peter Quint). Es uno de esas estrellas que no brillan, pero que no dejan de ser estrellas.
Publicar un comentario