Hasta el día 12 de diciembre tienen ustedes para ver de manera completamente gratuita, gracias al canal Arte (enlace), los Gurrelieder de Arnold Schönberg que Sir Simon Rattle dirigió en abril de 2024 celebrando el 75 cumpleaños de la Sinfónica de la Radio de Baviera. Es el tercer testimonio suyo acercándose a la tremenda página sinfónico-coral después de sus dos grabaciones oficiales al frente de la Filarmónica de Berlín, una en audio (EMI) y otra en vídeo (Digital Concert Hall). En este retorno logra dejar claro el nivel de los conjuntos bávaros: sencillamente el mejor que hasta ahora han conocido, muy por encima de los tiempos de Kubelik.
El maestro británico –ahora nacionalizado alemán– vuelve a ofrecer una verdadera lección de dominio de los medios a su disposición, particularmente de diseño de la arquitectura, capacidad para ir transformando el colorido –desde el sensual tardorromanticismo de toda la primera parte hasta el más descarnado expresionismo– y, sobre todo, tratamiento de las texturas, todo ello haciendo gala de una depuración sonora exquisita.
Ahora bien, interpretativamente vuelve a caer en la irregularidad. Sin ir más lejos, la introducción resulta un tanto frívola, y en toda la primera parte se evidencia quizá no el carácter excesivamente otoñal de su segunda versión en Berlín, pero sí cierta tendencia a quedarse en lo decorativo, como también a pasar de largo –cosa rara– ante la atmósfera de misterio que demandan algunos momentos clave. La breve segunda parte tampoco termina de convencer: resulta más nerviosa que propiamente desgarrada. Toda la tercera, como era de esperar, es una maravilla. Aquí Rattle se encuentra como pez en el agua desplegando brillantez, tensiones, teatralidad extrema y mucho, muchísimo sentido del humor, como también delicadeza poética en la narración y grandeza en el final.
La voz de Simon O'Neill –sustitución a última hora– no suena agradable al oído –emisión abierta–, pero posee la extensión, el volumen y la pasta apropiada para el imposible rol de Waldemar. Su estilo es irreprochable y el artista sabe pasar por todos los momentos expresivos. Dorothea Röschmann se queda bastante corta en los medios, pero al menos posee una dicción excelente y matiza con tanta intensidad como convicción lo que está diciendo. Jamie Barton es una Tove de muy alto nivel. La mitad "expresionista" de la obra se beneficia de un sólido Josef Wagner recreando al campesino y de un sensacional Peter Hoare haciendo del bufón sin que tengamos que sufrir una voz tenoril de escasa calidad. Un envejecido pero todavía sapientísimo Thomas Quatshoff encargándose de la narración. Formidables el Coro de la Radio Bávara y el de la MDR.
Por descontado, en discos la versión de referencia sigue siendo la de Ozawa, seguida muy de cerca por la de Chailly.
1 comentario:
¿Y que te parece la versión en DVD de Josep Pons y la Jonde?
Publicar un comentario