La misma mañana en que cae públicamente en desgracia (noticia aquí) Pedro Vázquez, quien tan solo hace unos días decidió no prorrogar su contrato como Director Gerente tras llevarse un año de baja, la Sinfónica de Sevilla presenta la temporada 2023/24. Temporada claramente hecha sin apenas presupuesto, pero interesante por dos cosas. Una, que Marc Soustrot es un excelente director, a todas luces el mejor titular que hasta ahora ha tenido la ROSS, y que va a hacer cosas tan apasionantes –y tan adecuadas para su perfil– como la Sinfonía con órgano y la Sinfonía litúrgica, así como el retorno del Anillo sin palabras de Lorin Maazel que le escuchamos allá por la Expo’92 al desaparecido maestro norteamericano. Dos, que Cristina Gómez Godoy tocará el Concierto para oboe de Strauss y Pérez Floristán el Tercero de Bartók.
Yo voy a lo mío, lógicamente, y le pregunto por enésima vez a la orquesta cuándo va a volver a reconocerme como crítico, es decir, a invitarme como hacen con los demás. No se trata de una cuestión económica, sino de dignidad. He seguido a la ROSS desde su concierto inaugural y escribí mucho sobre ella, todo hasta que una señora llamada María Jesús Ruiz, responsable de Relaciones Externas, decidió que yo no era digno de ser considerado, por escribir en un blog o por las razones que fuera. Me consta asimismo que cuando alguien me recomendó para dar una conferencia previa –actividad que se me da mejor que escribir y en la que en Jerez tengo prestigio–, ella personalmente vetó mi nombre.
Semejante actitud me parece un insulto en toda regla, habida cuenta de que ella invita y resulta de lo más gentil con varios señores críticos sevillanos que no tiene ni pajolera idea de lo que escriben. Que literalmente no conocen las diferencias musicales entre Furtwängler y Klemperer, entre la Filarmónica de Berlín y la de Viena, entre el Beethoven de Toscanini y el de Barenboim, entre el Mahler de Bernstein y el de Boulez. No, no crean que exagero lo más mínimo. Se limitan a escuchar algún disco de las páginas a interpretar la tarde antes del concierto mientras hacen otra actividad, para luego rellenar la crítica con datos tomados de internet sobre los compositores y las obras que han pasado por los atriles. Alguno de ellos, incluso, también escribe exclusivamente en la red.
Por si fuera poco, también Doña María Jesús invita, faltaría más, a esos otros críticos que han montado una tremenda campaña contra la orquesta a base medias verdades mucho más dañinas que las mentiras completas. Críticos que, además, no solo van a cejar en el empeño, sino que no comulgan en absoluto con la línea “tradicional” de Marc Soustrot y van a seguir revindicando lo que a ellos realmente les interesa, que suban al podio de la ROSS los maestros históricamente informados (¡horror!), porque en realidad este repertorio les entusiasma lo mismo que a mí Pedro Rabassa y Manuel García: absolutamente nada.
Por supuesto, la responsabilidad no es solo de la señora María Jesús Ruiz, sino también del señor Pedro Vázquez y de la señora gerente en funciones, María Marí-Pérez, que supongo han estado siempre de acuerdo en que se me vuelva la espalda. ¿Cambiarán las cosas en la nueva temporada? Supongo que no, pero quede una vez más mi reclamación expuesta a la luz pública. En caso de que las cosas sigan igual, iré por mi cuenta solo en algunas pocas ocasiones, y no escribiré nada sobre los resultados. El público, por su parte, se quedará con los modelos de críticas que últimamente están apareciendo.
By Hreinn Gudlaugsson - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=64922421
No hay comentarios:
Publicar un comentario