miércoles, 16 de septiembre de 2020

Formidable Gran partita por Hoeprich

Pocas líneas para recomendar un disco que he escuchado hace un rato y que me ha gustado muchísimo: la Gran Partita de Mozart en versión de Erich Hoeprich y su conjunto Nachtmusique, registrada en 2001 y editada por Glossa. Me ha llamado la atención el hecho de que el conjunto salga de la Orquesta del Siglo XVIII, pues esta ya tenía una grabación realizada trece años atrás en el sello Philips con su titular Frans Brüggen al frente.

Aquella era ya una formidable recreación que destacaba por su cantabilidad, pero también por hondura y por el amargor que el holandés era capaz de inyectar a sus pasajes más líricos. Eso sí, los aspectos más chispeantes y efervescentes de esta genial música no eran los que se ponían por delante: la austeridad del maestro holandés se lo impedía. ¿Ha cambiado eso ahora? No he podido realizar la comparación, pero yo diría que solo parcialmente. Puede que esta versión sea un poco menos rigurosa. En cualquier caso, lo interesante de la misma no está ahí, sino en cómo Hoeprich y su conjunto de viento –enorme para la época de Mozart, y también para la nuestra: más mérito aún tocar con semejante empaste y depuración sonoras– son capaces de ofrecer tanta cantabilidad y tanta concentración en el fraseo, de desarrollar tan alto sentido de los claroscuros, de profundizar tanto en los aspectos amargos de la música –nada de ver aquí un mero divertimento– y, al mismo tiempo, de tocar con semejante entusiasmo.

Puede que al sublime Adagio –ahora más rápido: de 5’44 a 5’10’’– se le pueda sacar aún más partido, pero en contrapartida hay momentos mágicos en el tema con variaciones –que se extiende de a los 9’33’’ de Brüggen a los 10’11– y el número que cierra la partitura despliega un entusiasmo verdaderamente arrollador. En cuanto a la cuestión organológica, yo lo tengo muy claro: en esta obra me parece maravillosa la sonoridad de los instrumentos originales.

La edición que tengo en la estantería, que es la que lanzó el diario El País, incluye como propina una larga y deliciosa selección de temas de La Flauta Mágica registrada en 1996. He disfrutado muchísimo.

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