Estoy en Madrid. Gracias al aviso de un colega bloguero (¡no puedo estar al tanto de toda la programación clásica de la capital de España!) pude acudir hoy sábado por la mañana a los Teatros del Canal a escuchar un concierto que, bajo el título de Schubert contra las cuerdas, ofrecía una única obra en el programa: el Quinteto en Do mayor. Es decir, una de las obras más absolutamente maravillosas (¿conocen la grabación del Melos con Rostropovich?) jamás compuestas. Y una de las músicas más adecuadas para combatir el horror absoluto vivido la noche de ayer en París, porque esta página contiene precisamente todo eso que los monstruos causantes de la barbarie no tienen y nunca tendrán: capacidad para combinar emoción con reflexión y, sobre todo, un infinito amor por el ser humano que inevitablemente nos lleva a ser más comprensivos y tolerantes. Escucharla fue un bálsamo para todos los que nos encontrábamos allí.
Interpretaba el Cuarteto Artiduque, integrado por miembros de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid: Jorge Llamas y Alejandro Ureña en los violines, Pablo Salvá a la viola y Paula Brizuela Natalia Lázaro. Su edad es corta y todavía, a mi entender, les queda mucho por progresar en lo técnico para responder a la demanda de altísimas dosis de belleza sonora que necesita esta obra. Interpretativamente, por el contrario, me parecen ya maduros: no solo hicieron gala de un gusto exquisito, sino que frasearon con un perfecto idioma schubertiano -es decir, mezclando cantabilidad, ternuna y emotividad a partes iguales- y demostraron gran concentración y capacidad para comunicar, particularmente en el sublime Adagio. Se podrán tensar aún más las cosas y alcanzar mayores picos de garra dramática en momentos clave, como también sería necesario inyectar más fuerza y grandeza al cuarto movimiento, pero estos chicos demuestran ya apreciable sensibilidad. Enhorabuena para todos ellos. Hubo propina de Boccherini, innecesaria.
Ah, antes del concierto una joven realizó una breve, simpática y oportuna presentación de la obra en la que, además, leyó una cita de Leonard Bernstein que me parece maravillosa: "esta será nuestra respuesta a la violencia: hacer música más bella, con mayor intensidad y devoción que antes". Pues eso mismo.
Otro día les cuento algo sobre la (buena) función del musical Cabaret y el (excelente) concierto de Andris Nelsons de la noche anterior.
Un cajón de sastre para cosas sobre música "clásica". Discos, conciertos, audiciones comparadas, filias y fobias, maledicencias varias... Todo ello con centro en Jerez de la Frontera, aunque viajando todo lo posible. En definitiva, un blog sin ningún interés.
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2 comentarios:
Una pregunta: ¿están las grabaciones de los cuartetos de Schubert del Melos a la misma altura que el quinteto? ¿Son las grabaciones más recomendables?
Pues no las he escuchado, la verdad. Las mías son las del Italiano. Le he preguntado a mi amigo Ángel Carrascosa y me asegura que esos cuartetos del Melos están muy por debajo de su Quinteto para DG. Lamento no haber podido ayudar mucho. Saludos.
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