Jueves y viernes de esta semana la Sinfónica de Sevilla ha ofrecido Fairy Tale de Sofia Gubaidúlina, el Concierto para flauta de Carl Nielsen y La consagración de la primavera de Igor Stravinsky bajo la dirección de Nuno Coelho. Vicent Morelló Broseta ha sido el solista. Una vez más, la señora de Relaciones externas de la orquesta ha decidido que un servidor no era digno de consideración, así que fui, compré mi entrada, escuché el concierto y me volví.
De esta manera, las actividades de la formación hispalense se quedan otra vez sin reseña en este blog, que no es poco leído. ¿Me fastidia? Mucho. Primero, porque creo no conocer precisamente mal este repertorio (por aquí anda mi discografía comparada del ballet de Stravinsky). Segundo, porque he defendido mucho a esta orquesta durante bastantes años, pero me encuentro con que estoy fuera de la nómina de críticos oficiales por decisión unilateral de una persona que me detesta, mientras que sí que cuenta con unos señores que de manera muy activa ha atacado a la formación e incluso sueñan con que esta se disuelva y sea sustituida por la Barroca de Sevilla para el repertorio que va hasta el primer tercio del siglo XIX –ya se lo andan pidiendo– y con una Bética Filarmónica reforzada para el resto.
"Olvídate, esa señora estará ahí hasta su jubilación", me decía alguien. Pues sí. Pero yo pienso seguir ejerciendo mi derecho al pataleo ad aeternam, piensen lo que piensen.
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