Sábado 22 de marzo. Relativamente pocas entradas vendidas para el recital de esta noche de Ismael Jordi con Rubén Fernández Aguirre en el Teatro de la Maestranza con arias y canciones dedicadas a Sevilla, de Mozart a Manuel Alejandro pasando por Manuel García, Donizetti y Turina. Lleno en el aforo –ciertamente reducido, eso sí– del Espacio Turina para escuchar, dentro del recién comenzado Festival de Música Antigua, a Lina Tur Bonet. Sí, esa señora que me encandiló la primera vez que la escuché –talento precisamente no le falta– pero que luego firmó el más pretencioso, grotesco e insufrible disco Beethoven que un servidor jamás haya conocido, el de Sonata Lunática.
Decididamente, algo va mal en la ciudad de la Giralda. Muy mal. ¿Qué hacer? Dos posibilidades hay: bien cruzarnos de brazos y esperar a que el repertorio tradicional se extinga para que campe a sus anchas la kale barroka, bien enfrentarnos a la situación y denunciar las tomaduras de pelo.
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