Leo la noticia atónito (aquí): como España jugará la final de la Copa de Europa el próximo domingo, el Festival de Granada no solo colocará una pantalla gigante en el Carlos V para que el personal pueda seguir la cosa balompédica, sino que retrasará una hora el arranque del concierto de la Orquesta del Capitolio de Toulouse y Tarmo Peltokoski. Es decir, el preludio de Maestros cantores comenzará a las once de la noche, la soprano cantará aquello de "In dämmrigen Grüften..." sobre las once y cuarto y la Sinfonía nº 9 de Anton Bruckner se escuchará entre la medianoche y la una de la madrugada. Todo ello si no hay prórroga, claro: si se llega a los penaltis, el concierto podría terminar cerca de las dos.
No sé si la decisión parte de Antonio Moral –director saliente del Festival– o de la Junta de Andalucía del PP –la cosa patriótica y tal–, pero me parece una tremebunda falta de respeto a la música, a los músicos (¡una orquesta europea tocando Bruckner pasada la medianoche!) y a los muchísimos melómanos a los que el fútbol nos importa un rábano, un pimiento o un higo, escojan ustedes el producto hortofrutícola que les parezca más descriptivo.
En fin, no sé si el populismo irá a más y se repartirán banderitas rojigualdas en el caso de que "la roja" –estupidísimo y políticamente manipulador nombre, dicho sea de paso– consigue ser vencedora, pero lo cierto es que esta es una de las razones que me ha hecho desistir de mi idea inicial de acudir al concierto –aún hay entradas de sobra– que clausura el Festival. La otra es el disco Mozart de Peltokoski, que me está haciendo dudar seriamente del buen gusto de este muchacho. En otro momento hablaré de él.
Fe de errores. En un principio escribí que el comienzo del concierto se retrasaba media hora. No es cierto: lo hace en una hora, porque inicialmente estaba previsto para las 22:00. Eso sí, la nueva hora oficial es la que dije, las 23:00... más las posibles prórrogas.
8 comentarios:
P'a lo que hemos quedao....
Yo todavía estoy a cuadros, Antonio. ¿Y lo de la pantalla gigante? Seguramente sea ilegal su colocación en un lugar de máxima protección patrimonial como el Carlos V, por ser contaminación visual: allí se llevará al menos dos días, entre montaje y desmontaje, a la vista de todos los turistas que visiten la Alhambra.
En fin, el asunto es tan gordo que sería para pedir la dimisión de Moral... si no fuera porque se va ya.
Me perdí el 2010 el gol de iniesta porque la gerencia y el señor barenboim no tuvieron a bien retrasar el concierto para que los que somos aficionados pudiéramos ver los dos eventos. Lo que se oyó despues no fue ni Bruckner ni nada porque sonaron cohetes y gritos durante toda la noche. Eso de la pantalla me parece bastante de más porque afea y cutreriza un concierto hasta limites chabacanos. Ahora bien, respetar media hora a que termine el partido para empezar y /o ajustar un poco el programa no me parece mal.
Ya sabes que no estoy nada de acuerdo, Vicente. Si uno tiene entradas para un concierto y luego resulta que su hermandad hace una salida extraordinaria ese día, que escoja. Pues esto lo mismo. Lo del fútbol es como una religión: a uno le viene de familia, es puramente emocional, no hay espacio para la razón y te arrastra completamente. Uno es libre de practicarla, y si uno la quiere poner encima de otras experiencias, libre es de hacerlo. Que muchos practiquen esa religión no debe obligar a que los otros muchos a los que no les va ni les viene, y que tenían su entrada, carguen con las consecuencias.
Si lo he entendido bien, ponen una pantalla gigante en el Carlos V (estas tontadas harán que algún día pase algo) y se organiza una pachanga allí (si no, ¿quién puede acceder?). Se desaloja y, ¿en el mismo patio del palacio empieza el concierto? No quiero ni pensar cómo pueden dejar eso. Si sólo pueden acceder los que tienen entrada para el concierto... pues no irá nadie a la pachanga.
Todo tan raro y cutre...
Hombre, yo entiendo que la pantalla es solo para los que tienen entrada. De lo contrario, es decir, poner un putiferio de borrachos y "oeoeoe" en plena Alhambra, sería un atentado de primer orden contra el patrimonio. Aunque también es verdad que en un país en el que la pasión futbolera ha hecho que las autoridades permitieran durante años, hasta que le robaron una mano, subirse a La Cibeles para ejercer de macho cabrío, tampoco habría que extrañarse...
En cualquier caso, lo de Granada, como usted dice, es raro y cutre. Imagínese que hay prórroga: los melómanos no futboleros sentados en sus butacas durante media hora adicional, esperando a escuchar músicas tan sublimes como los Cuatro últimos lieder y la Novena de Bruckner, mientras afuera el resto, con una cerveza en la mano, emite los berridos propios de este tipo de eventos. No sé, es algo como muy "de Forges": Concha sentada a la mesa esperando hincarle el diente a la cena mientras Paco, desde el salón, advierte que en casa no se come hasta que el pater familias vea el final del partido. Caspa pura.
Totalmente cierto, como lo es también lo que se ha apuntado más arriba: según cómo acabe puede que los asistentes tengan que soportar petardos, cohetes y gritos.
Fe de errores: en un principio escribí que el comienzo del concierto se retrasaba media hora. No es cierto: lo hace en una hora, porque inicialmente estaba previsto para las 20:00. Eso sí, la nueva hora oficial es la que dije: 23:00... más las posibles prórrogas.
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