lunes, 21 de febrero de 2022

Uno de los mejores discos de música de cine: The Fellini Album

He escuchado este disco en repetidas ocasiones. Primero en casa, cuando salió al mercado. Más tarde en el coche de camino al trabajo, muchas veces. Y ahora otra vez en mi equipo, esta vez en Dolby Atmos (a través de Tidal y haciendo uso de la Fire TV Stick de Amazon: es largo de explicar). Se titula The Fellini Album, se registró en junio de 2017, y en él Riccardo Chailly y la Orquesta de la Scala interpretan selecciones de las más famosas partituras compuestas por Nino Rota para el cineasta con quien más trabajó, y en buena medida al que supo dotar de alma musical: Federico Fellini. El programa es una verdadera preciosidad, y apenas conoce alternativas discográficas excepción hecha de las bandas sonoras oficiales: suite de Amarcord en sus orquestaciones originales, suite de Otto e mezzo, suite de La dolce vita orquestada por William Ross, suite de Il Casanova en arreglo de Bruno Moretti –se prescinde de la armónica de cristal que en su momento incorporó Carlo Savina– y suite de I Clowns en su escritura original para banda de música. ¿Dónde anda La strada, se preguntarán algunos? Pues aquí no está, pero el maestro ya dio buena cuenta de esta música junto a la Filarmónica de Berlín en el Blu-ray de la Waldbühne de 2011.

Desde el punto de vista artístico, el resultado es una maravilla, muy distinto y por completo complementario al de los dos discos grabados por Riccardo Muti para Sony al frente de la misma orquesta: si la selección y las maneras del napolitano incidían en la vertiente más sinfónica, más clásica y también más operística del compositor, el milanés lo hace en lo mucho que su música escrita para Fellini posee de popular, de chaplinesco, de circense e incluso de vulgar. Sí, la vulgaridad bien entendida es parte esencial del universo felliniano, y ese componente aquí se respeta tanto en las orquestaciones como en la labor de batuta.

Claro que también encontramos al mejor Rota, y al mejor Fellini, en los momentos más oníricos de La dolce vita y –claro está–, en todo Il Casanova, posiblemente la obra cumbre de los dos artistas. Con esta partitura Chailly se muestra absolutamente genial, y solo en un momento, hacia al final del acongojante primer número (3:38), hace su asomo esa blandura que tanto le afecta en esta triste última etapa como director a la que hicimos referencia en la anterior entrada.

Por lo demás, la capacidad melódica de la batuta (¡imprescindible en Rota!) queda bien de manifiesto, como también de su sabiduría cuando se trata de hacer referencias a la música de Stravinsky. Ideal la orquesta, con ese punto rústico tan conveniente en los pasajes más “bandísticos”. Y todo un detalle incluir en el libreto una foto de un jovencísimo Chailly dirigiendo al propio compositor en agosto de 1974.

Mi opinión, después de tantas audiciones, la tengo bastante clara: este es uno de los más mejorables discos dedicados a la música de cine que conozco. Y son muchísimos.

2 comentarios:

Carmelo Galdeano Suarez dijo...

Hola.
En primer lugar muchas gracias por todos tus comentarios y análisis de las distintas obras.
Si tienes un dia tiempo agradeceria un comentario mas amplio a tu indicación de "Dolby Atmos (a través de Tidal y haciendo uso de la Fire TV Stick de Amazon: es largo de explicar)".
Sin otro particular, recibe un cordial saludo desde Galicia.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Hola, muchas gracias. A ver si este fin de semana puedo decir algo sobre ese asunto. Adelanto que hay pros y contras.

¡Gracias a los valencianos!

Me dicen mis editores que en la Feria del libro de Valencia el volumen de Barenboim se está vendiendo bastante bien. No sé cuánto es "b...