martes, 7 de diciembre de 2010

Rosenkavalier en Madrid: gran decepción

Qué quieren ustedes que les diga: he hecho un enorme esfuerzo económico para venir este puente al Teatro Real y termino con el rabo entre las piernas. Primero por la cancelación de La finta giardiniera con Jacobs por culpa de los impresentables controladores aéreos (aunque la derecha española más reaccionaria, esa que se autodenomina “liberal”, anda cargándole la responsabilidad al gobierno). Segundo por la enorme decepción que me ha causado la función de ayer lunes 6 de un Rosenkavalier que prometía muchísimo y se ha quedado en una velada correcta sin más, cosa que el público supo percibir perfectamente con unos aplausos de mera cortesía. Encima he de lamentar que el responsable del fiasco ha sido un señor al que admiro bastante en lo musical y muchísimo en cuestiones extramusicales que ahora no vienen al caso, pero que el sepa de qué va el asunto seguro que entenderá: Jeffrey Tate.

Caballero Rosa Real

La dirección del maestro británico me pareció francamente mediocre: insulsa, flácida, sin vida. Ni rastro del ritmo trepidante, la picardía, el colorido, el sentido del humor y la teatralidad que debe destilar una buena dirección de este título maravilloso. El preludio del primer acto fue particularmente deplorable: parecía que había vuelto el peor López Cobos. Sentido del vals, ninguno. Ni voluptuosidad, ni elegancia, ni chispa ni nada de nada. Que la lentitud de los tempi permitiera aclarar el tejido orquestal sirvió de poco. Eso sí, hay que reconocerle a Tate dos momentos muy notables, por fortuna los mejores de la partitura: el final el primer acto -el monólogo de la Mariscala estuvo fraseado con hondísima concentración poética- y el trío/dúo final de la obra. Pero eso no basta. Tampoco la orquesta tuvo uno de sus mejores días: basta comparar con lo que logró Steinberg en La ciudad muerta (enlace) para darse cuenta de que aquello no estaba a la altura.

De la puesta en escena de Wernicke (¡qué ilusión que se hayan traído mítico el telón a cuadros del Festival de Salzburgo!) ya hablé en este blog, a raíz de su filmación de 2009 con Thielemann y la Fleming (enlace). Dije que me parecía una obra maestra. Me lo sigue pareciendo, pero debo realizar algunas matizaciones. Por ejemplo, que la belleza plástica en directo es enorme. O que la mezcla de épocas me parece ahora muy acertada a raíz de algo que todos sabíamos pero que José Luis Téllez en su -magnífica, como siempre- conferencia introductoria supo poner de relieve con gran acierto, esto es, el carácter de voluntario pastiche de la obra engendrada por Strauss y Hofmannsthal.

Pero también debo decir que hay cosas que no me han parecido bien resueltas, fundamentalmente la borrachera de los Lerchenau durante el segundo acto, que resultó -como en casi todos los montajes- bastante exagerada, cuando no ridícula. Tampoco me gustó el tratamiento payasesco de Mariandel. No recuerdo así a la Damrau en el DVD arriba citado, así que debe de ser cosa de Joyce di Donato. A los españoles nos recordó muchísimo a Lina Morgan en La tonta del bote pero, como un amigo me ha hecho ver, la mezzo tomaba su inspiración, como buena norteamericana, en Carol Burnett. En cualquier caso, una magnífica puesta en escena que equilibró hasta cierto punto el sopor que desprendía el foso.

Rosenkavalier Madrid Teatro Real

¿Los cantantes? De todo. Lo mejor fue Di Donato, que derrochó frescura y belleza vocal en todo momento, aunque desde luego sería preferible una voz más oscura y la mezzo estadounidense aún tiene que sacarle más punta al personaje de Oktavian. Por cierto, si no la conocen no dejen de visitar su página web, que es una maravilla (enlace). El otro personaje que más canta, el barón Ochs, sufrió la enésima encarnación a cargo de Franz Hawlata: magnífico actor -a mi juicio nada excesivo- pero cantante más bien mediocre, con voz fea, sin armónicos, y horrorosos graves totalmente trampeados.

Anne Schwanewilms me pareció incómoda durante buena parte del primer acto. Se estaba reservando, porque en su sublime monólogo y en la ulterior escena con Oktavian hizo gala de toda la elegancia y sensualidad debidas, ofreciendo la voz de lírica plena, de timbre cremoso y fraseo mórbido, que demanda la Mariscala. En el tercer acto la encontré algo fría, y sus fundamentales “Ja, ja” con que se despide pasaron sin pena ni gloria, algo imperdonable. En cuanto a la Sophie de Ofelia Sala, hay que reconocer que cantó con muchísima musicalidad y sin la menor ñoñería, pero a esta señora le falta técnica vocal -así de claro- para hacer justicia al personaje: mal en la presentación de la rosa y desequilibrando claramente el terceto final. Laurent Nauri fue un Faninal flojo en lo vocal y excesivamente histriónico en lo escénico. Bien la pareja de intrigantes, Peter Bronder y Helene Schneiderman. Lamentable el tenor italiano: hay que agradecer a Alessandro Liberatore que sustituyese a última hora a José Manuel Zapata, pero una vez que terminen las representaciones que tiene asignadas debe volver de inmediato al conservatorio.

Total, una función no mala pero sí muy por debajo de lo esperado, por mucho que el periódico oficial del régimen se empeñe en lo contrario. ¡Cuántos intereses extramusicales hay en juego en la crítica! ¡Qué poca vergüenza!

8 comentarios:

Javier Hidalgo dijo...

Parece que nos hemos seguido la pista este fin de semana. Intenté ir a la finta giardiniera el día 4. Estuve el día 5 en el Auditorio Nacional y en el caballero de la Rosa el día 6. En fin, que me alegr mucho haberte encontrado en la web pues estoy muy de acuerdo con todas tus apreciaciones sobre cada uno de los coniertos/ópera que has comentado en las dos últimas entradas de tu blog, al que desde luego he agregado a mis favoritos. De acuerdo en que es un pequeño fraude que Staier interpretara en un piano moderno, ¡es tan dificil trasladar uno al AN!, pero sin duda yo también encontré mejor de lo que esperaba a la nacional, y creo que porque la direccion de Antonionni me pareció de un gran nivel.
También creo que lo peor de la función de ópera fue algunos detalles de la puesta en escena y suscribo todos tus comentarios sobre las voces. ¡Ah! por cierto, además tenemos un amigo común: Ángel Carrascosa.

Javier Hidalgo. Albacete

Eugenio Murcia dijo...

Es una pena, porque es mi ópera de Strauss favorita. No puedo ir a Madrid, pero sí pensaba recuperarla cuando saliera en dvd. Pero después de leer tu crítica me limitaré a escuchar la transmisión por Radio clásica. De Tate sólo conocía su integral de los conciertos de Mozart con Uchida, que era muy buena, pero seguramente tiene una discografía muy amplia. Una pena este fiasco.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Un saludo, Javier, y gracias por tus apreciaciones. A ver si en otra ocasión nos conocemos personalmente, ya que nos hemos seguido sin saberlo... Con Ángel Carascosa y con otros amigos precisamente acabo de cenar, después de marcharnos del cine de la retransmisión de la Walkyria de Barenboim en La Scala tras el primer acto: el sonido era horroroso, venía solo por un canal, aunque aún no sé si ha sido cosa de la sala a la que fuimos o de la transmisión en general.

Eugenio, yo que tú no perdía el tiempo en escuchar la retransmisión de este Rosenkavalier. Bueno, sí, escucha si puedes los quince minutos finales del primer acto. Un saludo.

Eugenio Murcia dijo...

Bueno, Fernando, es que la ópera de Strauss me gusta tanto que me resulta gratificante escucharla incluso en una interpretación mediocre. Y creo que tardará en volver al Real, porque estoy seguro de que Mortier prefiere otros Strauss y que esta ópera la ha elegido por su amistad con el director de escena. Un saludo.

Anónimo dijo...

alguna vez le gusta a usted algo o hay algo que no le parezca mediocre????
que desilusión debe producirle viajar tanto, ver tanto y que prácticamente nada le guste.
yo me quedaría en mi casa.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

No exactamente. Este Rosenkavalier fue preparado por Antonio Moral. Lo que ha hecho Mortier es cambiar la producción escenica. Iba a ser, creo, una de Christoph Loy, el de la Lulu, pero el belga la ha cambiado por la maravilla que él mismo produjo en Salzburgo. La elección del título y -supongo- del elenco, o al menos de parte del mismo, pertenece a Moral. Para lo bueno y para lo malo.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Respuesta a Anónimo: si usted tomara algún tiempo en leer "esta mierda de blog" mío se daría cuenta de que hay muchas cosas que me gustan. Y otras no. Por ejemplo, los anónimos en plan descalificatorio. Pero qué le vamos a hacer, si hay gente que no tiene lo que hay que tener...

La Bella Susona: el Maestranza estrena su primera ópera

El Teatro de la Maestranza ha dado dos pasos decisivos a lo largo de su historia lírica –que se remonta a 1991, cuando se hicieron Rigoletto...