Me ha sorprendido ver en la tienda de Deutsche Grammophon el lanzamiento, solo en vinilo, de la grabación de The Empire Strikes Back, es decir, de El imperio contrataca de John Williams, a cargo de Charles Gerhardt. Ya saben, ese gran productor discográfico responsable, en complicidad con el soberbio ingeniero Kenneth Wilkinson, de muchos grandes registros sinfónicos de los años sesenta, y que en los sesenta decidió empuñar la batuta para emprender en RCA una aún hoy imprescindible colección de discos de música de cine. Al hilo de la citada reedición, voy a decir alguna cosa ahora de las grabaciones que Gerhardt dedicó a las tres primeras entregas de Star Wars, aquellas cintas que marcaron a toda una generación. Lo hago, por cierto, después de dedicar la tarde de ayer a escuchar estos registros de un tirón: un verdadero placer culpable.
El primer disco se grabó el 23 de diciembre de 1977: seis números de Star Wars en una cara, selección de Encuentros en la tercera fase en la otra. Wilkinson en los controles, el Kingsway Hall como recinto de acústica idónea y la National Philharmonic en lugar la London Symphony que tocaba en la película. ¿Qué aportó? Pues una calidad de sonido aplastantemente superior a la de la banda sonora original: tanto en esta como en las dos siguientes entregas de la trilogía, el ingeniero Eric Tomlinson hizo un mal trabajo. Esta toma, por el contrario, suena de maravilla por equilibrio y profundidad de planos, naturalidad tímbrica y riqueza en los graves. Quienes conozcan los registros de Solti con la Sinfónica de Chicago de la era analógica, la mayoría de ellos responsabilidad de Wilkinson, saben de qué estoy hablando.
Gerhardt, por su parte, iguala a John Williams como director de orquesta; quizá en The Little People Work pueda preferirse el original, pero en Princess Leia hace maravillas. Falta mucha música, es verdad, pero hay que reconocer que esta primera entrega no posee la fecundidad de las dos películas siguientes, que son verdaderas obras maestras absolutas de la música escrita para el cine. Como curiosidad, decir que Dutton Vocalion ha lanzado este disco en formato SACD cuadrafónico, si bien no he tenido la oportunidad de escucharlo.
El segundo disco es el "raruno", porque esta selección de The Empire Strikes Back no se grabó a remolque del éxito discográfico de la banda sonora original, sino más o menos al mismo tiempo y con la idea de complementar la edición oficial en dos vinilos con algunas páginas que iban a quedar excluidas. Seguía como productor George Korngold, el hijo de Erich, pero no editaba RCA sino Chalfont Records; luego la licencia pasaría Varèse Sarabande. Jules Bloomenthal fue el nuevo ingeniero de sonido: grabación ya digital mucho más vistosa que la anterior, pero considerablemente escorada hacia el agudo y falta de sentido espacial.
La selección se extendía ahora hasta acertarse a los cuarenta y cinco minutos, y es una auténtica maravilla musical: una vez establecidos los códigos en la primera entrega, en esta segunda Williams podía dedicarse a crear nuevos temas y jugar con ellos. En cuanto a Gerhardt, con la excepción de una Marcha imperial que debería sonar más opresiva, volvía a ofrecer una dirección tan buena como la original de Williams con la LSO, incluso superior: trepidante a más no poder The Asteroid Field. En cualquier caso, lo mejor del disco es la oportunidad de escuchar la versión "de concierto" del tema de amor de Han Solo y Leia, escrito por el propio Williams, ausente de la banda sonora original y aún hoy poco grabado.
En The Return of de Jedi, registro de mayo de 1983, volvían RCA y Kenneth Wilkinson. Desde el punto de vista técnico, la grabación es ahora redonda. En lo que a la calidad musical se refiere, es la mejor de la serie de doce películas galácticas completadas por Williams. Gerhardt y la National Philharmonic realizan otro trabajo digno de admiración. Pero hay pegas, que derivan fundamentalmente de la ausencia de coro: falta la música dedicada al Emperador, imprescindible, y se ven obligados a arreglar el final con los Ewoks, que les queda regular. Tampoco me parecen de recibo las serias alteraciones del solo de tuba en Jabba the Jutt. ¿Quizá para facilitar las cosas al solista? El de la Sinfónica de Boston lo hará der manera increíble cuando vuelva a grabar la página.
En este sentido, hay que recordar que John Williams realizó registros de algunos de estos números de la primera trilogía para Philips con la citada Sinfónica de Boston -bajo el nombre de Boston Pops- que suenan de escándalo, y que con la Skywalker Symphony volvería una vez más sobre los temas principales, esta vez para Sony y con ingeniería óptima. Todos esos registros se encuentran soberbiamente grabados, pero las interpretaciones no desmerecen de las de Gerhardt por mucho que el propio compositor empuñe la batuta.
¿Conclusión? Si usted solo ha escuchado de Star Wars los cuatro o cinco temas más conocidos, acuda a estas casi dos horas grabadas por Gerhardt. Entiendo que escuchar las bandas sonoras originales -circula una edición oficial en dos CD de cada una de las películas- para muchos puede resultar excesivo, pero también considero que esta música va mucho más allá de esas melodías que todo el mundo tiene en mente. Como además las interpretaciones son magnificas y las tomas -insisto en ello- muy superiores a las de la película, la recomendación queda hecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario