En marzo de 2024 envié a la editorial Tierra de Nadie un listado de los medios a los que creía conveniente enviar un ejemplar del libro sobre Daniel Barenboim para su reseña. Tardaron algunas semanas, pero todos los ejemplare se mandaron.
De entre los medios especializados, solo Platea Magazine realizó un comentario del libro. Se encargó de ello Javier del Olivo con un artículo en el que la mitad del texto era para ponerlo mal. Virtudes vio pocas: en su derecho está, aunque me hubiera gustado que dijera que se trata de la primera vez que se escribe -quizá la excepción sea el de Leone Magiera sobre Karajan, que no he leído- una monografía sobre un director de orquesta que no se centra en aspectos biográficos para hacerlo exclusivamente en los estéticos.
De Mundoclasico.com no se sabe nada. Hace siglos que no hablo con Xoan M. Carreira, pero nunca hubo problemas ente nosotros. Vayan ustedes a saber.
Pasando a los medios tradicionales en papel, después de muchos meses en Ritmo se dignaron a publicar la nota de prensa en su página web. De reseña, nada de nada, a pesar de que esa revista fue la gran defensora del argentino en España. Y me consta que para que saliera al menos esa nota alguien muy barenboimiano tuvo que hacer presión. No me ha extrañado, la verdad, después de lo mal que me trató el actual redactor jefe, Gonzalo Pérez Chamorro: cuando hace años le pedí que me pagaran la cifra muy simbólica que daban en otros tiempos por un artículo a doble página que les escribí a petición suya me respondió, literalmente, que si no sabía el significado de la palabra "colaboración". Vamos, que tras sustituir a Pedro González Mira impuso que había que trabajar gratis et amore. La cosa terminó mal entre nosotros y ahora ha tenido la oportunidad de hacerme el vacío. Que los lectores sepan de la existencia de esta publicación le importan un pimiento.
En cuanto a Scherzo, nada. Absolutamente nada. Me habían llegado excelentes opiniones de Stefano Russomanno desde varias fuentes muy distintas entre sí, así que la sorpresa ha sido grande. La decisión última de no publicar nada es incuestionablemente suya, pero estoy por completo convencido de que detrás de esta decisión se encuentran un crítico habitual de la revista. O dos. Se admiten apuestas. (PD: ¿quién si no?).
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