domingo, 13 de agosto de 2023

Hace un mes, en una ciudad rota

Hace justo un mes, a esta misma hora, caminaba por las calles de Nicosia sin remotamente imaginar que en unos minutos iba a resbalar de tal manera que se me fracturaría el húmero, tendría que repatriarme al día siguiente, pasar por el quirófano y entrar en un lentísimo proceso de recuperación que no ha hecho más que empezar: el dolor sigue siendo continuo, mientras que el brazo izquierdo permanece casi por completo inútil.



Caminaba por Nicosia, decía, y sacaba las fotos que ven ustedes ahí. Fotos de una ciudad vergonzosamente dividida. En julio de 1974, un intento de golpe de estado en Chipre llevó a Turquía a invadir el tercio norte de la isla con la excusa de proteger a la población turco-chipriota. El golpe fracasó, pero las tropas se quedaron. Las migraciones de un lado al otro de la frontera fueron inmediatas. Los limpiezas étnicas marcaron a la población. Muchos tuvieron que huir con lo puesto.
 
 
Así, hasta el día de hoy. Ningún estado del planeta, salvo Turquía, reconoce a la autodenominada República Turca del Norte de Chipre. La reconciliación parece imposible, porque ninguna de las dos partes está dispuesta a ceder en un asunto en el que los bienes inmuebles han cambiado de manos y con el fondo de diferencias religiosas insalvables. Nicosia permanece dividida en dos por una "Green Line" que recuerda demasiado al Muro de Berlín.

 

Un deseo, irrealizable: volver a Chipre dentro de unos años con el brazo completamente recuperado, completar mi visita por una Nicosia ya unificada y encontrarme con un territorio en el que las tropas turcas han abandonado la isla, el estado del norte ha desaparecido y los turcochipriotas viven en completa armonía con los grecochipriotas en una república completamente democrática. Como digo, irrealizable.


2 comentarios:

Mireia P.B. dijo...

No se crea...mi padre siempre decia que no veria la unificación de Alemania. Falleció el 2015, le dio tiempo de sobras.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

¡Ojalá lleve usted razón, Mireia! Hay mucha gente sufriendo allí.

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