miércoles, 23 de agosto de 2023

El joven Maazel hace Mussorgsky, Rimsky y Respighi

Allá por 1958, un Lorin Maazel de tan solo veintiocho años se pone al frente de la Filarmónica de Berlín para hacer repertorio "vistoso", en teoría idóneo para desplegar el enorme potencial de su virtuosismo de batuta, como también el fulgor de la orquesta de Karajan.

 
En la Noche en el Monte Pelado de Mussorgsky y Rimsky el joven maestro apuesta por el nervio, la brillantez y cierta aspereza que le sientan muy bien a esta música. Al mismo tiempo, utiliza su técnica para aportar muchas resoluciones personales, pero estas unas veces interesan y otras convencen poco. A la postre, su lectura termina resultando algo artificiosa y de cara a la galería. En la sección lenta final no termina de explorar las posibilidades poéticas.

Para hacer el Capricho español de Rimsky busca ante todo la jovialidad, el nervio y la brillantez, pero eso no justifica que se precipite, que caiga en los peores tópicos españolistas, así como en la agresividad innecesaria, en el efectismo e incluso en la vulgaridad. La toma, estereofónica pero seca y sin relieve, no ayuda precisamente.

Quedan los Pinos de Roma de Respighi, primera de sus cuatro recreaciones discográficas. Aquí Maazel hace sonar a la Berliner Philharmoniker con un colorido, una brillantez y un entusiasmo realmente admirables, controlando todos los elementos a sus disposición para ser incisivo sin estridencias en el primer número, administrar las tensiones en el segundo y paladear sin amaneramientos el lirismo del tercero. Únicamente hay que reprochar, como en sus grabaciones posteriores, su excesiva complacencia en los aspectos épicos del cuarto. 

¿Conclusión? Un maestro enormemente dotado, pero aún inmaduro y sumamente irregular. Esto último no cambiará a lo largo de toda su carrera.

     

3 comentarios:

Javier dijo...

Por lo visto a Gardiner se le ha ido la olla.

Javier dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mireia P.B. dijo...

Total...por salir por el lado equivocado! Habrá mejores razones para plantarle un sopapo a según que cantantes...o músicos...hasta a algún director!

Dicen que le "afecto la calor...". Pues nada, que se limite a dirigir en Groenlandia y todos mas tranquilos.

Ayer oi a André Schauen...de bofetón no, de ponerle un piso. Y al lado del propio para oirle hasta en interminables vocalizaciones.

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