lunes, 21 de marzo de 2022

Memorable encuentro entre Antonini y la Barroca de Sevilla

Gran acontecimiento tener la oportunidad de escuchar en una sola velada las cuatro Suites orquestales de J. S. Bach: pocas veces al melómano se le presenta una ocasión así. La combinación entre Giovanni Antonini y la Orquesta Barroca de Sevilla parecía dar mucho juego, así que hice el esfuerzo de acercarme al Festival de Música Antigua de la capital andaluza. Acerté, porque fue una velada de muy alto nivel interpretativo. Tomé algunas notas.


Me pareció magnífica la Suite nº 1 BWV 1066. Ya le había escuchado –en vídeo– esta obra a Antonini, nada menos que al frente de la Filarmónica de Berlín (reseña aquí). La verdad es que a este señor le han sentado estupendamente las experiencias con orquestas “modernas”: aunque conserva el vigor, el entusiasmo y el desarrolladísimo sentido de los contrastes que en su momento le permitieron redescubrirnos el mundo del barroco italiano, ya no necesita recurrir a fraseos más o menos frívolos ni a salidas fuera de tono. Fue la suya una visión sensata, plenamente ortodoxa dentro de la corriente HIP y muy musical, en la que su soberbio sentido del ritmo y su hedonismo bien entendido –puro disfrute vital de la música– nos hicieron gozar del primer al último número. Un acierto contar con una plantilla orquestal particularmente nutrida para lo que ahora se lleva, y formidable su complicidad con una OBS técnicamente espléndida y entregadísima en lo expresivo. Sensacional aquí el trío de maderas.

La Suite nº 2 se benefició de todas las virtudes arriba enumeradas, así como del muy considerable virtuosismo de la flauta de Rafael Ruibérriz de Torres. Nos obstante, hubo cosas que no me convencieron: final precipitado –exceso de fuego, falta de control– de la Bourreé, fraseo excesivamente enfático de la Polonesa y Badinerie de tempo desmadrado, claramente dicha de cara a la galería. ¿Y de verdad le hacía falta al solista ornamentarla tanto, ya desde los primeros compases?

La Suite nº 3 BWV 1068 la había grabado Antonini en 2001 con sus chicos de Il Giardino Armónico. Por aquí escribí el otro día algo sobre aquella versión, a todas luces notabilísima y solo empañada por el violín Enrico Onofri. En Sevilla estaba otra que tal baila, Lina Tur Bonet, una señora a la que le he perdido todo el respeto desde su disco Sonata lunática. Lo cierto es que ella estuvo muy bien en la sección fugada de la obertura. Pero claro, luego venía el Aria. Antonini decidió en esta ocasión alternar entre los dos primeros atriles y el ripieno, lo que le dio a la violinista ibicenca oportunidad de ofrecer solo unos pocos ornamentos, algunos muy sensatos y otros –siempre en mi opinión, claro está– de pésimo gusto. El clave de Alejandro Casal ornamentó muchísimo en la celebérrima página, creo que con considerable acierto.

La Suite nº 4 volvió a derrochar entusiasmo, alegría, sabor dancístico y espíritu plenamente barroco, pero aquí me parece que orquesta y director estaban algo cansados. Hubo algunos desajustes y las trompetas no estuvieron siempre finas en sus intervenciones. Los oboes esta vez me convencieron menos, aunque detrás de ellos deslumbró el fagot de Alberto Grazzi, una parte que no siempre se escucha como es debido. El movimiento conclusivo me pareció un error, por precipitado y –por ello– no del todo claro, pero no cabe duda de que se cerraba una velada musical para el recuerdo.

Ah, muy buena la entrada que compré en primera fila del primer piso: hay una barra delante que molesta la visión, pero a cambio se obtiene una acústica sensacional. Y nada de tragarse el clave en primer plano, como ocurre en algunas grabaciones de estudio.

3 comentarios:

Javier dijo...

Grata sorpresa al parecer por su crítica del concierto de la OBS con Antonini. Parece que éstos músicos, a veces, consiguen notables resultados en el repertorio Barroco. Lo cual no está mal, teniendo en cuenta que son una agrupación semiprofesional. Trataré de seguirlos a través de grabaciones discográficas en lo que buenamente se pueda. Aquí, en Burgos, tenemos el Burgos Baroque Ensemble, agrupación amateur de músicos formados, que incorporan en determinados programas músicos profesionales, contando como director invitado a Javier Ulises Illan. Programando propuestas interesantes en esta tierra castellana, cuna de Antonio de Cabezón. Ojalá que el tiempo asiente dicha formación como al nivel de la OBS. Javier.

Barroco Bético dijo...

La Orquesta Barroca de Sevilla es una orquesta profesional. No sé qué significa semiprofesional, la verdad. ¿Quizás será que el cincuenta por ciento del repertorio que abordan lo tocan muy bien y el resto como aficionados? Después de 27 años ofreciendo conciertos, lo de semiprofesional es casi ofensivo. Pero allá cada uno.

Javier dijo...

Son músicos formados y especializados, pero su actividad en la OBS no les da de comer. Es una orquesta amateur, si así lo prefiere..

¡Gracias a los valencianos!

Me dicen mis editores que en la Feria del libro de Valencia el volumen de Barenboim se está vendiendo bastante bien. No sé cuánto es "b...