miércoles, 5 de mayo de 2021

Grabación completa de Spellbound, de Miklós Rózsa

Decía André Previn que la música de Korngold no suena a Hollywood: es Hollywood el que suena a Korngold, tal fue el efecto de las bandas sonoras –pocas, pero muy influyentes– que el compositor de La ciudad muerta escribió para el cine clásico. Estoy completamente de acuerdo con la afirmación, y diría lo mismo sobre Miklós Rózsa (1907-1995). Pero quizá apuntaría que el húngaro no se limitó a ser un mero continuador -con menos talento, desde luego- de línea abierta por Bartók y Kodály: aunque el sabor magiar es intensísimo en toda su labor creativa, creo que también asimiló hasta cierto punto el lenguaje de Korngold, sobre todo en lo que al carácter voluptuoso y decadente de sus temas de amor. Y eso queda bien claro en el hermosísimo que escribió en 1945 para Spellboud/Recuerda, la cinta protagonizada por Ingrid Bergman y Gregory Peck bajo la dirección de Alfred Hitchkock


Acabo de escuchar un disco que, aunque lleva en el mercado desde 2007, no había tenido la oportunidad de conocer, y que me ha gustado muchísimo. Me refiero a la grabación de la partitura completa –hora y cuarto en total, incluyendo música no utilizada en el corte definitivo– a cargo de la Filarmónica de la Radio Eslovaca bajo la dirección de un tal Allan Wilson. Este realiza un formidable trabajo fraseando la música con enorme holgura, dejándola respirar con un fraseo cantable y muy sensual que permite precisamente que el referido tema de amor, que se repite una y otra vez hasta la saciedad durante la primera parte de la audición -en la segunda priman los aspectos dramáticos de la trama-, brille como hasta ahora nunca lo había hecho en ninguna de las grabaciones parciales de la partitura.

A destacar que para el presente registro se ha usado un theremín de verdad: ya saben que Rózsa incluyó este peculiarísimo instrumento para reflejar en lo sonoro los brotes sicóticos del personaje encarnado por Gregory Peck –ese mismo año también se sirvió de él para el alcoholismo de Ray Milland en The Lost Weekend/Días sin huella–. Celia Sheen, fallecida en 2011, fue la encargada de ponerse delante del único instrumento que se toca sin tener el menor contacto físico con él. La orquesta, por su parte, de hace gala de un dignísimo nivel, superior al de algunas antiguas grabaciones de música de cine realizadas para Naxos. Una toma sonora francamente notable redondea un disco que me parece fundamental para todo amante de las bandas sonoras.

1 comentario:

Pablo Daffari dijo...

Sin duda una de mis sinfonías preferidas y de la que tengo más versiones. Para mí la "Incompleta" es un ejemplo de obra, que aunque no finalizada, transmite la perfección de que sólo puede ser así y no de de otra manera; como esas asombrosas esculturas de los "prigioni" que Miguel Ángel no quiso completar y parecen liberarse mágicamente de la piedra.
Un saludo.

¡Menos chichi y más chicha!

Perdón por el chiste malo y ordinario, pero tenía que hacerlo. Acabo de salir del Ateneu Ruman (sí, estoy en Bucarest) de escuchar el Concie...