domingo, 16 de agosto de 2020

John Williams en Viena: el Blu-ray

En la entrada anterior comenté el contenido de la edición en “solo audio”, disponible en CD y en las plataformas de streaming habituales, de John Williams in Vienna. Voy ahora a por la edición “de luxe”, que tuve la precaución de reservar en Amazon hace meses: los que se han apuntado a última hora tendrán que esperar.

 

¿Qué contiene exactamente este lanzamiento? Deutsche Grammophon no ha sido muy explícita al respecto, a decir verdad. Trae dos discos. Uno es el CD “normal”, con trece pistas que suman 75 minutos de música. El otro es un Blu-ray que contiene al mismo tiempo “audio solo” y vídeo. En “audio solo” se reproduce exactamente el contenido del CD, pero en tres pistas de sonido: estéreo DTS-HD MA a 96 kHz, 5.1 DTS-HD MA a 48 kHz y Dolby Atmos 7.1 asimismo a 48 kHz. Es decir, que el CD en principio sobra, porque aquí tenemos lo mismo con muchísima más calidad técnica. Hay que advertir que la última pista solo ha de ser útil a aquellos privilegiados que tengan un amplificador que reproduzca tal sistema y, además, un equipo de cajas acústicas ad hoc, es decir, con dos de ellas en el techo o bien encima de las cajas frontales mirando hacia arriba; no es mi caso, que tengo un 7.1 “tradicional” con cajas laterales y traseras. Yo he escuchado las otras dos, y no hay color: infinitamente mejor la 5.1 que la 2.0. ¡Todavía hay quienes se empeñan en hacer ascos al multicanal! En fin, ellos se lo pierden.

Luego está, en ese mismo Blu-ray, lo verdaderamente interesante: la filmación del concierto –una de las dos veladas con el mismo programa– que John Williams, Anne-Sophie Mutter y la Filarmónica de Viena ofrecieron en enero de 2020 en la Musikverein entre un público muy, pero que muy distinto de aquel que acude el 1 de enero: generación de los setenta, con toda claridad y con absoluta lógica, pues los más grandes admiradores del compositor norteamericano somos los que nos criamos con Star Wars, Indiana Jones y E.T. Dos horas y ocho minutos de concierto, con mucha música que se quedó fuera del CD. ¿Cuál? Pues todo lo de la Mutter, con excepción de The Witches of Eastwick, que sí que había salido. En concreto, aquí podemos escuchar a la violinista alemana luciendo su increíblemente bello sonido y su alucinante virtuosismo desgranando temas de Harry Potter, Sabrina, Far and Away, Cinderella Liberty, The adventures of Tintin y Schindler’s List. Todo ello tal y como aparecía en el disco Across the Stars, grabado asimismo para el sello amarillo y ya comentado aquí: no voy a repetirme. Lo que sí conviene advertir es que, en las piezas sin Mutter, lo que se escucha en la filmación no es exactamente lo mismo que en el “solo audio”: allí las piezas están grabadas sin público, o al menos sin aplausos, muy probablemente mezclando los ensayos con los conciertos (así es como se suele hacer: lo pude comprobar cuando asistí a las sinfonías de Beethoven por Barenboim en Colonia). En el vídeo –obviamente– hay público, hay aplausos y hay locuciones de Williams al respetable, aunque subtituladas tan solo en inglés y alemán.

Y ahora viene lo mejor. La calidad de sonido es sensacional, yo diría que óptima, particularmente cuando se escucha en surround: la acústica de la sala está perfectamente recogida, y hasta se percibe con claridad la reverberación del violín de Mutter cuando en solitario toca las cadenzas. La Filarmónica suena espaciada y con unos graves impresionantes. Para escuchar una orquesta sinfónica grabada con la misma calidad hay que acudir a los lanzamientos en Blu-ray del sello CMajor: Bruckner de Barenboim, Mahler de Chailly y cosas así. Pero lo de la imagen va más allá. Les aseguro a ustedes que nunca, nunca he visto una filmación de música clásica con semejante calidad: definición, iluminación, contraste… El color negro es asombroso. Y no, no se trata de 4K, sino de un Blu-ray normal y corriente.

De propina, media hora de entrevistas –subtítulos de nuevo en inglés y alemán– bastante más interesantes que las que venían en Across the Stars. Me ha llamado la atención lo que dice Mutter del Concierto de Alban Berg: que funciona mejor en estudio que en directo. Y Williams confiesa que no fue decisión suya incluir la “Marcha Imperial”, sino una petición a última hora de la orquesta, cuyos metales –de ellos venía la solicitud– tenían ganas de soltarse la melena. Pues nada, todos contentos.

Creo que no hace falta decir más. Quien haya leído hasta aquí ya sabrá que debe olvidar el CD y optar por esta edición, más cara pero muchísimo más jugosa. Obligatoria para todo aficionado a la música de cine y muy, pero que muy recomendable para cualquier clase de melómano. Y digno broche final a una carrera longeva y jalonada por merecidísimos éxitos. Te queremos, John.

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