jueves, 10 de abril de 2025

Petrushka por François Xavier-Roth, con Berlín y con Les Siècles

Iba a viajar a Sevilla esta tarde para escuchar la Petrushka que ahora mismo está ofreciendo la ROSS, pero al final me he venido abajo y me he quedado viendo dos versiones del genial ballet de Igor Stravinsky a cargo de François-Xavier Roth. La primera es con la Filarmónica de Berlín, nada menos. Corresponde a marzo de 2022 y se puede ver en la Digital Concert Hall con sonido Atmos. La otra es de septiembre del mismo año, tuvo lugar en el Teatro de los Campos Elíseos y cuenta con Les Siècles, la orquesta de "instrumentos originales" de 1911, se entiende que dirigía el maestro francés hasta que estalló el asunto de las dickpics, esto es, de las fotopollas que el maestro mandaba a las señoras de la formación. 

Teniendo una pobre opinión de Roth como director a él le debo el peor Bruckner de mi vida, una Tercera en Colonia que ahora anda editada en compacto, reconozco que su labor me ha gustado bastante. En los dos casos, habría que puntualizar, porque las interpretaciones se parecen bastante entre sí, al tiempo que difieren un tanto de la grabación del propio compositor y muchísimo de las que nos dejó quien estrenara la partitura, Pierre Monteux.

En la interpretación de Berlín encuentro una manifiesta irregularidad en los resultados, porque Roth parece sintonizar más con unos cuadros que con otros. Bastante con el primero, solo eso: muy animado y colorista, pero también algo ligero en la sonoridad y en la expresión. Muchísimo con los dos siguientes, hasta el punto de que no le regateo la máxima nota al controvertido maestro. Alguien me podría replicar que en toda esta secuencia "camerística" de las habitaciones de Petrushka y del Moro el virtuosismo y la musicalidad de los primeros atriles son tan importantes como la dirección. Cierto es, pero por mucho que los solistas de la Berliner Philharmoniker sean muy superiores a los de Les Siècles, la comparación deja claro que el desarrolladísimo sentido teatral de las intervenciones de unos y otros llega desde el podio. A Roth lo que es de Roth, así que un sobresaliente para él. El último cuadro, el de la verbena, funciona mucho menos bien por parte del director, que se centra en la efervescencia enorme pero carece de flexibilidad, imaginación e inspiración poética. Vistoso y muy lineal.

Sobre la interpretación en París pueden ustedes encontrar aquí una elogiosísima reseña de Francisco Leonarte. A mí me ha entusiasmado bastante menos, como ya pude expresar en este mismo blog. El asunto discurre por los mismos derroteros que meses atrás en Berlín, pero la orquesta es otra. ¿Sonoridades "originales"? Pues sí, y veces el color es muy atractivo. ¿Detalles distintos? También. Pero no tengo nada claro que salgamos ganando. Por otra parte, si tenemos los testimonios fonográficos de Monteux y Stravinsky, que algo sabrían de la "idea original" esta partitura, no tengo nada claro que haya que rescatar estas sonoridades presuntamente perdidas. Hay brillantez y nervio en esta interpretación, en cualquier caso, como también desajustes y algo de barullo. Si a usted le interesa, la encontrará en Medici TV.

Ah, pronto estará lista mi comparativa del ballet, así que puedo anticipar que mis versiones favoritas son las de Dohnányi, Abbado, Bernstein/Israel, Boulez digital, Chailly y Rattle/Berlín. Y la de Klemperer, por descontado, aunque eso es otra cosa.

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