domingo, 28 de julio de 2024

Algo del Schumann de Gardiner en Londres

Ya sabrán ustedes la noticia de la semana: a John Eliot Gardiner le han dado la patada los mismos grupos que fundó. No voy a entrar en el asunto, pero sí que me parece el momento de acercarme a uno de los dos discos del ciclo de sinfonías de Robert Schumann que grabó con la Sinfónica de Londres, concretamente al que trae Primavera, Renana y obertura Manfred, registros del sello LSO Live de 2019, es decir, veintidós años posteriores a las que grabó para DG al frente de su Orquesta Revolucionaria y Romántica, de instrumentos "de época".

Tras la audición de la Sinfonía nº 1 queda claro que, con instrumentos originales o sin ellos, el maestro británico es fiel a sí mismo a la hora de negar la validez de las aproximaciones “wagnerianas” a este repertorio para reivindicar un fraseo basado en el ímpetu del ritmo, en la incisividad y en la efervescencia, mirando con el rabillo del ojo a Mendelssohn en la entrevista de la carpetilla apunta a las conexiones entre estos dos compositores que fueron vecinos y colegas en Leipzig, al tiempo que evita efusividades líricas en un segundo movimiento en el que se le escapan, eso sí, algunos portamentos “románticos” poco convincentes. El resultado es interesante en tanto que pone acertadamente en contexto esta partitura escrita en Leipzig y evita una mirada en exceso protobrahmsiana, pero resulta en exceso rígido y carece de la efusividad necesaria. El

En Manfred Sir John pone especialmente de manifiesto los lazos con Mendelssohn sin por ello renunciar, el modo alguno, al carácter dramático de la música. El problema, una vez más, es que la sequedad y las prisas terminan imponiéndose por encima de otras consideraciones, aunque no vamos a regatearle al maestro una coda bien planteada.

Al igual que en el registro de 1997, que he querido escuchar para la ocasión, en la Sinfonía nº 3 Gardiner desconcierta de manera considerable con una lectura en la que se alternan electricidad y detalles de blandura, ímpetu rítmico y rigideces, interesantísimos detalles novedosos y rebuscamientos… Todo ello, por descontado, desde una clara intención de huir de la tradición interpretativa centroeuropea y de volver hacia las maneras toscaninianas. Globalmente la propuesta interesa, más que la grabada anteriormente por resultar menos seca y rígida, pero no convence, particularmente en un movimiento central que es muy poquita cosa; los dos extremos son los más satisfactorios. 

La London Symphony se amolda bien a la reducción del vibrato y al equilibrio de planos que propone el maestro, pero la toma sonora, como es habitual en LSO Live, dista de ser óptima. Eso sí, la reproducción en SACD multicanal aporta una espacialidad y relieve admirables. Lo compré en una oferta de Amazon, y aún no sé si ha merecido la pena. Usted mismo.

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