sábado, 7 de octubre de 2023

¿Y ahora, qué?

Quiero dar las gracias a las muchas personas que se acercan a este blog mostrando interés por su contenido, de manera especial a las que se han tomado la molestia de realizar el agradecimiento personalmente.

Pero también quiero disculparme por la imposibilidad de responder como se merecen a sus comentarios y de satisfacer sus peticiones, especialmente la de realizar comparativas. En mi bloc de notas –un larguísimo documento Word– tengo muchísimas anotaciones sobre discos, pero una cosa es eso y otra muy distinta editar los textos para que, a la hora de yuxtaponer un comentario tras otro, guarden una mínima coherencia y tengan un poquito de estilo literario: convertir notas a vuelapluma en textos legibles por otras personas lleva mucho tiempo. Y claro, luego están aquellos comentarios que no me convencen a mí mismo, la necesidad de volver a escuchar esos discos y el agobio de saber que si no saco tal grabación o tal otra, en un instante saldrán melómanos diciendo que por qué faltan tales discos que son importantísimos. De verdad, es muy complicado y se lleva mucho tiempo, más aún cuando al teclear uno de los brazos está imitado –escribo con la mano izquierda casi pegada al vientre–.

Está usted en casa de baja, dirán algunos. Vale, es cierto. Y añado que, en contra de lo previsto, aún no me pueden quitar el tornillo que está molestando, porque la radiografía de esta misma semana demuestra que los huesos no se han consolidado. Pero no es menos verdad que en mi retiro sigo haciendo materiales didácticos para los chavales, que tengo la obligación de pasear y de ir cuatro veces por semana a rehabilitación, y que además me he apuntado a la piscina –la de los viejos, no vamos a engañarnos, porque nadar me resulta por completo imposible– para hacer ejercicios con los brazos. Mientra tanto, el dolor sigue ahí presente.

Por si fuera poco, tengo dos compromisos científicos importantes –del campo de la Historia del Arte– que tienen como plazo el 31 de octubre, todo ello mientras aguardo que se complete la maquetación del libro de Barenboim. Cuando esta se encuentre disponible, me he de lanzar a corregir otra vez el texto.

¿Y luego? Mi idea era terminar el segundo volumen de Barenboim, piano y ópera, pero eso me exige un montón de horas para volver a escuchar títulos líricos que no son precisamente breves, y no creo que esté tanto tiempo de baja como para hacerlo. Otra idea es completar el de los directores de orquesta, al que no le falta mucho. Pero me han surgido otra posibilidad: igual que escribí un volumen sobre el mudéjar en Jerez (se puede comprar aquí, y que conste que no me llevo un euro), hacer otro sobre las parroquias gótico-mudéjares en Sevilla. Así que no sé cómo seguir mi camino. ¿Música o arte medieval? Y claro, todos estos proyectos se cortarían de cuajo en cuanto volviese a las clases –que echo mucho, muchísimo de menos– y no podrían ser retomados seriamente hasta el verano.

En definitiva, que no sé por qué camino tirar. Lo que sí sé es que no le puedo dedicar mucho tiempo al blog. Le ruego a ustedes que lo comprendan. Gracias.

3 comentarios:

Mireia P.B. dijo...

Usted haga lo que pueda y lo que le apetezca...Faltaria menos!

Ya se sabe que mal de muchos...consuelo de tontos...pero a esta quinta "si no es un all és una ceba" .

En mi caso debo escoger que hacer porque con mi anemia galopante no llego a todo...y tampoco "llego" en el sentido mas literal por la artrosis en la rodilla.

El viernes fui a Toulouse a ver "Les Pecheurs de Perles"...la idea era aprovechar el dia y ver la Catedral , el Monasterio de...nada. Cuando me desperté ya vi que esos planes eran ciencia ficción. Llegué al teatro y hoy a tomar un baño termal...y contenta!

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

¡Qué estupendo viaje"! Yo he estado dos veces en Toulouse, pero no buscando música sino ate medieval. San Sernin es uno de los monumentos románicos que más admiro. También impresionante la Iglesia de los Jacobinos, entre otras cosas.

Mireia P.B. dijo...

Pues concretamente a esos dos monumentos tuve que renunciar porque no me daba el cuerpo...que le vamos a hacer, paciencia y disfrutar de lo que se puede.

Por cierto que Les Pecheurs fueron deliciosos entre El ladron de Bagdha, el primer tecnicolr y bollywood: cuanto brilli-brilli! Que delicia tras tanto minimalismo, realismo y feismo.

La vuelvo a ver en enero con un montaje de Win Wenders ( Dios me perdone!) pero el director...va ha ser el mismo! Como si no hubiera otro en Europa!

¡Gracias a los valencianos!

Me dicen mis editores que en la Feria del libro de Valencia el volumen de Barenboim se está vendiendo bastante bien. No sé cuánto es "b...