lunes, 8 de abril de 2013

Quistes

Hace años hice un curso en el CEP (Centro de Estudios del Profesorado) sobre problemas de la voz y salud vocal. La primera sesión la impartió un foniatra, y en ella se nos proyectaron toda clase de “bichos” que salen en las cuerdas vocales por culpa de una excesiva y deficiente utilización del instrumento. Las imágenes nos dejaron horrorizados, como también la solución clínica: microtijeras y microbisturí. Ni que decir tiene que se nos advirtió que los que nos dedicamos a la enseñanza, al igual que los cantantes, somos particularmente propensos a la aparición de quistes, nódulos y otras lindezas. Desde entonces procuro tomarme en serio las recomendaciones higiénicas que nos realizaron. Recibir un masaje antes de clase me resulta complicadillo, la verdad, pero procuro beber constantemente pequeños buches de agua durante las explicaciones, hago uso del micrófono de vez en cuando, evito los caramelos de menta (¡peligrosísimos!) y cambio la dinámica de aula cuando mi voz se aproxima a la afonía.

Villazon

Viene esto a cuento porque Rolanzo Villazón, que anda presentando ahora nuevo disco y una novela, ha declarado a El País (leer entrevista completa), entre otras cosas, que “se comenta hasta que me jodí la voz por ponerme a cantar Don Carlo o Carmen… Ese comentario es pueril. A nadie le sale un quiste en una cuerda vocal por cantar nada”. O que “cuando se compuso Carmen, nadie tenía la voz de Del Monaco. No estoy en contra de los blogs y demás, pero no los miro. La controversia es buena, aunque a veces se crea sin base alguna. Lo mío fue un problema de salud, el resto fue un comentario absurdo.”


Pues bien, o el médico nos engañó en aquella charla y la aparición de “bicharracos” en la garganta no tiene nada que ver con el uso inadecuado de la voz, y por ende todas las prevenciones que se cansaron de repetirnos son inútiles frente a algo que no depende de nuestro comportamiento, o Villazón miente.

Porque, explicando quizá el desinterés que el tenor mexicano expresa por los blogs (supongo que de la quema se salva el Blog Villazonista de la encantadora Teresa), no somos pocos los que sospechamos que sus problemas vocales se deben a un número excesivo de funciones, al empeño en unos roles que sobrepasan las posibilidades de su instrumento y a una técnica que fuerza las características del mismo. Instrumento que me parece a mí no anda del todo recuperado, a tenor de los fragmentos que he visto del Elisir del año pasado en Baden-Baden, con puesta en escena de él mismo (la acción transcurre en el rodaje de una película del Oeste; Nemorino es Cantinflas) y Pablo Heras-Casado dirigiendo una formación de instrumentos originales. El público del Liceo barcelonés podrá opinar por sí mismo de su actuación en el título donizzetiano dentro de unos días.


PS. Por lo que leo en el siguiente enlace, es posible que el quiste de Villazón tenga un origen distinto al mal uso de la voz (si es que se trata de un "quiste epidérmico" y no de nódulos, claro). Estaría bien que un foniatra que se pasase por aquí lo aclarase. En tal caso, donde dije digo, digo Diego y retiro lo dicho, lo que no quita que la manera de cantar del mexicano resulte más o menos discutible, tanto como lo son sus declaraciones sobre la voz de Don José y alguna otra ocurrencia.

10 comentarios:

Pablo dijo...

Yo le escuché hace unas semanas "Lucio Silla" por radio y te aseguro que su estado vocal dista mucho, muchísimo, de ser bueno.

Para mi Villazón es el típico caso de quien pudo ser grande y no lo fue. Ni lo va a ser ya, me parece a mi, aunque suene un poco tremebundo.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Mucho me temo que estoy de acuerdo. Yo le escuché unas arias mozartianas con Minkovski (ese recital en el que se puso a llover, tuvieron que cortar y Villazón hizo como que sacaba el paraguas) y me horrorizó.

Quién sabe, lo mismo tiene mucho que ofrecer como director escénico y nos da la sorpresa. Pero como tenor, me parece a mí que no va ya a ninguna parte. Una pena, porque talento no le faltaba.

Teresa G. dijo...

Bueno, como supondréis no estoy de acuerdo con el entierro en vida de Rolando Villazón, y me dan risa algunos comentarios leidos por ahí donde unos cuantos se disputan quien dijo primero lo de "yo ya lo dije nace tiempo".
Rolando es un tenor...guadiánico?, que se sumerge y renace, y cuando lo hace, tiene una grandeza inigualable, es un auténtico astro que absorbe al público y lo transporta como sólo los muy grandes lo ha hecho.
A mi, Fernando, no me horroriza nada cantando Mozart...será que tengo pocos prejuicios, o digamos que no acabo de creer o profesar mucho los credos estilísticos...pero bueno, entiendo perfectamente que pueda no gustar, faltaría maas.
Por cierto, que hace poco dijo en una entrevista que "no leo ni el Blog Villazonista"...aunque tengo motivos para tener serias dudas sobre ello, jeje. (ah, y gracias por lo de encantadora!)

Teresa G. dijo...

Vaya, que te escribo un comentario y me olvido lo principal que te quería decir: Rolando siempre ha afirmado que lo suyo era un quiste congénito, exactamente el concepto que utiliza el enlace que has puesto. Y que te honra la puntualización, al menos concedes el beneficio de la duda, cosa que no hacen las hordas talibaníticas.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

¡Ojo! Yo no he dicho que me horrorice su Mozart. Me horroriza en el recital con Minkowski que está filmado. Ahí me parece que está francamente mal. ¿Guadiánico? Ojalá. Yo no tengo ningún interés por enterrarlo, pero el sentido común me dice que las cosas ya no van a funcionar como antes. Ojalá me equivoque. Un saludo :-)

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por la importante puntualización. Me temo que nunca tendremos la seguridad sobre los orígenes de sus problemas vocales, porque si se deben a una mala utilización de la voz, él ha de ser el primero en ocultarlo. Por pura lógica.

Los talibanes contra Villazón son muchos y muy peligrosos. Mi opinión, para que quede claro, es la siguiente: un señor con una voz preciosa, un temperamento sincero e inflamable como pocos y una técnica desigual que, acompañado por notables dotes escénicas, ha hecho una carrera a todas luces excesiva, más con el corazón que con la cabeza, en la que ha habido cosas que me gustan mucho y otras, las menos, que me han gustado poco. Mi amigo Carrascosa afirma que le odio, y no es verdad. Los talibanes afirman que soy un ignorante porque me gustan muchas cosas suyas. Espero que eso tampoco sea verdad, claro.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Como curiosidad, creo que fui en España el primero en hacer la crítica de un disco de Villazón, allá por 2002, en una revista especializada:

http://flvargasmachuca.blogspot.com.es/2009/06/romeo-villazon-julieta-arteta.html

Teresa G. dijo...

Villazón tiene un nutrido grupo (entre los eruditos talibánicos) de acérrimos detractores, de esos que dicen "el público le adora, son un atajo de incultos·. No voy a dedicarme a eso en mi blog, pero si hiciera una lista de todas las falsedades (ojo, no opiniones, sino falsedades contrastables) que se han dicho respecto a él, la lista sería larguísima. Pero no importa, la verdad no importa, sólo el ponerse la medalla de "enteradillo/a" sentenciador/a.
Cuando el cantante "X" canta un Pecheurs de Perlas horrososo,impresentable, es "pobrecito, es que ha tenido un mal día". Si lo hiciera Villazón, es "no-ha-sabido-elegir-su-repertorio-y-se-ha-quemado-y-le-ha-salido-un-quiste-ya-lo-dije-yo".
Ah, y dile a tu amigo Carrascosa que una villazonista (con pedigree) te ha dicho que se nota que no odias a Villazón, simplemente, que a veces puede no gustarte. A mi, aunque algunos no se lo crean, también me pasa.

Anónimo dijo...

Algo de razón tiene Teresa respecto al "cantante X" que ha patinado de lo lindo en su segunda intentona para cantar los Pescadores de Perlas. Hay bula con algunos cantantes, y con otros no. También hay una diferencia: a Flórez se le pueden reprochar muchísimas cosas, salvo falta de técnica. Sus rossinis son pluscuamperfectos, aunque haya quien los tache de fríos. No lo comparto en absoluto.
Independientemente de que seamos más o menos duchos en la ciencia del canto, de que conozcamos o no el nombre de los músculos de la garganta, hay algo que no falla para juzgar a un cantante: el oído. Y eso es lo que se me revuelve cuando escucho a Villazón asaltar el repertorio mozartiano. Cuando todo se canta en forte o mezzoforte, cuando las notas van empujadas, cuando se desconoce el estilo, da igual que tengas o no tengas quistes congénitos o comprados en ebay. La cosa no chuta. Y Villazón, no chuta.
A mí me parece un ex cantante que vive más de rentas que de haberes presentes. Hay un largo listado de estos, no se extrañen. Y lo dice alguien que se fue a Londres para verle un Don Carlo y ya presagió lo que pasaría después.

Por cierto, felicidades por un blog de música muy interesante.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Muchas gracias por las aportaciones, Mitchum. Lamento tener que darle la razón. Y digo "lamento" porque Villazón es un señor que, además de caerme maravillosamente, tiene virtudes que me gustan mucho: su belleza tímbrica, su manera encendida y muy comunicativa de cantar, su manera de darle más importancia a la expresión que a la ortodoxia, su desenvoltura escénica...

Pero creo que tiene usted razón. Villazón sigue con las mismas limitaciones que cuando grabó el Romeo en Oviedo, a saber: no controlar ese volcán en erupción que es su temperamento con inteligencia a la hora de dosificar los medios, una técnica más adecuada para sus posibilidades vocales, una mayor diferenciación entre estilos, más atención al matiz y, en definitiva, una carrera más meditada.

En cuanto a Flórez, es la otra cara de la moneda: una voz de 100 gramos, aunque bella, en manos de un señor que conoce perfectamente sus posibilidades, y que cuando ve que algo no funciona, lo deja a un lado. Otra cosa es que los fans del peruano le perdonen todo (incluido su Nadir, que no le he escuchado) y que el mexicano tenga detractores de visceralidad lamentable. Esto último nunca lo he terminado de entender.

(PD: Mitchum, hace tiempo que sigo sus comentarios en el foro. Un saludo).

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