sábado, 10 de marzo de 2012

Bach por Gould es para pervertidos

Cuando el otro día vi la película Shame (Steve McQueen, 2011) no me sentí molesto por el presunto mensaje moralista de la cinta. Pero sí que me llamó la atención la enésima identificación que en el cine norteamericano se realiza entre la música clásica y ciertos comportamientos digamos censurables. ¿Ve usted guarrerías por internet? ¿Guarda en el armario revistas porno? ¿Se hace más pajillas de la cuenta? ¿Va en el metro recreándose en las chicas monas? ¿Se tira a las que puede? Pues entonces lo más probable es que, como al personaje encarnado por Michael Fassbender, le guste escuchar a Bach interpretado por Glenn Gould. Ni le cuento cómo puede acabar.

3 comentarios:

maac dijo...

Doctor, doctor, me gusta Gould, pero no interpretando Bach, que también, sino ¡¡Beethoven!! :-)

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Está usted fatal. Seguro que ha mirado muchas mujeres últimamente y que su mano izquierda no sabe lo (mucho)que hace la mano derecha. Acuda rápidamente al consultorio de Cuca García de Vinuesa si no quiere acabar como el Doctor Lecter.

Juan Zaragoza dijo...

"Me comí su hígado acompañado de habas y un buen Chianti."

¡Qué horror! ¡Un Chianti para acompañar un hígado!

Después de semejante salvajada puedo creerme cualquier tropelía de un degenerado así. Por ejemplo, que le gusten las Variaciones Goldberg, pero no en una versión históricamente informada (o, cuanto menos, interpretada al clavecín) sino al piano.

Pero el colmo de los colmos es que no haya elegido a Glenn Gould ni a ningún otro pianista de renombre, sino a un desconocido llamado Jerry Zimmerman. (Es en la segunda película “Hannibal”donde se oye al canadiense).

Hacen bien en tenerlo entre rejas. Se lo merece.

Un saludo.

Juan Zaragoza.

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