jueves, 16 de diciembre de 2010

Un instrumento de gran volumen y extensión

La frase se la dijo un conocido y magnífico cantante a un amigo mío: "si ves por ahí a un cantante que está haciendo una carrera muy por encima de sus posibilidades, actúa repetidamente en los escenarios más prestigiosos y le contratan a sabiendas de lo mediocre que es, resulta bastante probable que la tenga... enorme".

Así que ya saben, cuando escuchen a algún señor rebuznando un rol importante en algún teatro de cierta relevancia -yo me sé de un caso de rabiosa actualidad en España-, fíjense en si le abulta de manera considerable la entrepierna. En caso afirmativo, ahí tienen la explicación. Y además siempre pueden jugar a adivinar quien es la afortunada (o el afortunado) que goza de su privilegiado instrumento, no precisamente vocal.

27 comentarios:

toscayburda dijo...

¿Puedes darnos alguna pista? Se me ocurren
Jonas Kauffman
erwin schrott.
ildebrando d'arcangelo
y patrio tu paisano Ismael Jordi

Son monos y no cantan muy para allá asi que por un polvo-ron seguro q se venden un monton...

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

A mí me parece que D'Arcangelo e Ismael son muy buenos cantantes. De los otros, vaya usted a saber, aunque no creo que un Kaufmann tenga loquito a un mega-hetero como Abbado precisamente por sus atributos no-canoros. Lo de Jonas, sinceramente, es algo que aún no he terminado de comprender.

En cuanto a Erwin, la cosa está clarísima: musculitos casado con una señora de buenísimo ver y mejor tocar. Eso vende. Como cuando Alagna y la Gheorghiu eran jóvenes.

Antonio dijo...

Aunque no participo activamente muy a menudo, sigo este blog desde hace ya tiempo, con bastante regularidad y atención puesto que su contenido me parece interesante, aunque muchas veces no esté de acuerdo con los comentarios y apreciaciones de su autor.
Desde esa posición de cariño al blog y aprecio a su autor (a quien no tengo el gusto de conocer personalmente) no puedo menos de manifestar que este último post me parece bastante desafortunado. Si se tiene conocimiento de algún cantante contratado por razones extramusicales del tipo que sea, debería ponerse sobre la mesa con datos concretos y denunciarse con seriedad una situación que perjudica a los aficionados y va en contra de la adecuada gestión de los teatros, y por ende en España, del (escaso) dinero público. En cambio, las vagas referencias al tamaño, volumen o extensión del instrumento de no se sabe quien me parecen de más que dudoso gusto y por completo fuera de lugar; por expresar mi opinión en los términos más suaves que se me ocurren.
La cosa sin embargo empeora con el comentario dedicado al Sr. Schrott, que podrá gustar o no gustar como barítono, pero que me parece fuera de duda que es uno de los cantantes más destacados del circuito internacional en la actualidad, al margen de su relación personal con la Sra. Netrebko; por lo demás, ambos cantantes en la cima de su profesión ya antes de iniciar esa relación personal, y con muchísimos valores artísticos más allá del "ver y tocar". Lo peor de todo es que leyendo el post y los comentarios, ya no sé si estamos hablando todo el rato de él o de otra persona, y el equívoco, tampoco sé si intencionado, me parece deplorable, porque insisto, desde mi opinión como aficionado, creo que el Sr. Schrott es, al igual que los Sres. D´Arcangelo, Jordi y Kaufmann, también citados, un muy buen cantante.
En fin, quizá el errado soy yo, que no he captado que el post estaba hecho con la etiqueta de "mamoneo", pero creo que ni con esa esa excusa se debe incurrir en determinados excesos verbales ni dar pábulo a vagos infundios de esta manera.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Muchas gracias, Antonio, por sus comentarios. Seguramente tendrá usted razón, pero a veces no hay más remedio que denunciar ciertas cosas, cosas que pasan en todos los ámbitos. También en la ópera. Conviene recordarlo, aunque sea con una entrada más bien "hordinaria" (así, con hache) para llamar la atención.

Recuerdo ahora la denuncia realizada por una cantante en la que, obviamente sin decir nombres, ponía sobre el tablero la existencia de un muy molesto acoso sexual sobre las féminas: o pasas por la piedra, o no cantas (no cantas conmigo, en mi agencia, en mi teatro, etc). Esa realidad está ahí.

Obviamente otras veces se da la situación contraria: quienes que cantan porque SÍ se sirven de otros "encantos". Y como aficionado me fastidia muchísimo que algunos artistas se pongan por delante de otros por esas cualidades digamos adicionales.

¿A qué viene a cuento este post precisamente hoy? Bueno, hay por ahí alguien que no sabe cantar (casi literalmente, desde luego muy por debajo del sr. Schrott) y que estos días anda interpretando un papel no precisamente fácil en un teatro español de prestigio tras realizar una carrera internacional verdaderamente inexplicable. Hasta que me han dado la explicación, claro. Y uno se mosquea porque te cuelen a semejante señor en el elenco.

En cuanto a Erwin Schrott, me parece un cantante solvente sin más. No malo, en absoluto, pero sí normalito. En directo sólo le he visto Don Giovanni. Y sí, creo que parte de su carrera la ha hecho luciendo en escena su espléndido físico, como ocurre con su señora esposa, por lo demás una cantante que me defraudó de manera considerable con su Violetta pero a la que ahora le estoy encontrando bastantes virtudes como artista.

No quiero parecerme a uno de esos aficionados "a la antigua" de los de todo tiempo pasado fue mejor, pero hay que reconocer que hoy día poseer un físico atractivo resulta mucho más importante para un cantante de ópera que hace décadas. Y que a veces nos tragamos camelos porque el tío está macizo o la señora está buenorra. O porque se acuestan con el gerente, agente o divo de turno, aunque esto último supongo que también pasaba antes. Lo que pasa es que el público reaccionaba, claro. Hoy parece que nos lo tragamos todo.

De nuevo muchas gracias por sus comentarios, Antonio. No intento ofender a nadie: sólo poner un poco de sal y pimienta en este aburrido blog y demostrar mi hartura por la gente que hace carrera de manera escasamente competitiva. Porque quienes salimos perdiendo somos los aficionados.

Antonio dijo...

El blog, de aburrido, nada. Sigo esperando la continuación de la serie Brahms... Por lo demás, insisto: nombres sobre la mesa, que es lo que de verdad puede contribuir a acabar con determinadas prácticas o gestores o personajes lamentables. Una denuncia "anónima" solamente a quienes ya están "en la pomada" puede aportarles algo de la sal y pimienta a la que se refiere.
Y Schrott, para mí, extraordinario cantante y actor, especialmente en Mozart, que es lo que más le he escuchado.
Un saludo nuevamente

Atticus dijo...

Pues hombre, Fernando, si buscas un guaperas que rebuzne al cantar, por aquí en Valencia tenemos ahora al señorito Grigolo, aunque no me he fijado en sus posibles abultamientos.

Eugenio Murcia dijo...

Fernando, hablas de los cantantes masculinos, pero entre los chicas pasa lo mismo. A mi me gusta mucho, en todos los aspectos, la srta. De Niese, pero yo creo que no le ha perjudicado estar casada con el responsable del festival de Glynderbourne. Y el caso de la Kozena con Rattle es igual. La checa era muy buena hace unos años, pero hoy en día creo que no da la talla como Melisande. Y los contratos de Universal con pibones ya cansan: Netrebko, Garanca, Yuja Wang, Alice Sara Ott, etc. Y no discuto a estas artistas, muchas de ellas me gustan mucho. Pero está claro que su físico o sex appeal las ha ayudado.

Putterfly dijo...

Hombre Unitel no hacía DVDS con Pavarotti y si con Placido Domingo que monopolizaba todas las peliculas operisticas por su porte,aparte de cantar maravillosamente. En las feminas la Stratas hizo varios videos por su belleza,en cambio la Caballé no la cogian para nada. Yo creo que la belleza hace mucho en un espectaculo como la opera y si el Alfredo o el Calaf de turno estan mas macizos, o la Traviata es tan espectacular como la Nevertko,pues venderá mas,fijo.

Pablo J. Vayón dijo...

Nombres, Fernando, nombres. Si tienes constancia de algo así, nombres. Todo lo demás es infame cotilleo que hace daño a mucha gente. Recuerdo un artículo de Norman Lebrecht sobre el acoso sexual de hace unos años: la diferencia con esto tuyo es que Lebrecht aportaba nombres, datos, fechas, lugares... Los citados podían defenderse. Esto, perdóname, como las otras cosas de las que ya hemos hablado en privado, tiene un insoportable hedor inquisitorial, es bazofia pura.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pablo, lamento que mi texto te parezca inquisitorial y bazofia pura. Tal vez lo sea, pero al menos firmo con mi nombre. Lo que no sé es a quién demonios hago daño. En tu caso, con no leerme tienes suficiente. Yo también procuro no leer la bazofia que hay por ahí, empezando por las críticas escritas a los artistas amiguetes.

Lo que intento, a ver si queda bien clarito, es decir que estoy completamente harto de que agentes, divos y gestores nos metan a sus amantes, parejas o cónyugues en los elencos. Harto. Harto de tener que aguantar a ciertos artistas solo porque se acuesten con fulanito o con fulanita. ¿Me explico?

Pablo J. Vayón dijo...

Pero tienes que decir a quiénes te refieres, Fernando. Lo contrario es extender un manto de sospechas que hace daño a muchísima gente, no a mí, hombre: por ejemplo, a todos los que ahora mismo están cantando roles principales en teatros españoles, a los que apuntas sin dar una sola prueba de nada. Puede que tú domines mucho los códigos del ambiente y que algunos que te leen te sigan, pero no todo el mundo que te lee lo hace, porque esto es una página pública, abierta.

Y dicho esto, me gustaría que me aclararas tus otras insinuaciones: eso de que firmas con tu nombre y lo de las críticas a los amiguetes. Deja ya de insinuar, por favor, acusa de una vez con datos y nombres, que aquellos a quienes te dirijas puedan defenderse.... Lo otro, aunque no te guste, es, sí, pura estrategia inquisitorial.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Sobre las críticas a amiguetes he hablado ya tanto en este blog que estoy cansado. Pero vamos a decir un nombre y una circunstancia reconocidos por ellos mismos: Juan Ángel Vela del Campo y Gerard Mortier. Este último confesó en Ritmo su vinculación con Vela, que es quien se encarga de las crítica del Real en El País... y del libro del belga en el boletín de Diverdi. Un consejo al aficionado: cuando un crítico X hace críticas siempre positivas de una serie de artistas o gestores (con más o menos lecturas entre líneas, eso es otra historia), y se sabe que unos y otros tienen un trato personal más o menos directo (no me vale Carrascosa y Barenboim o Pérez Adrián y Abbado, por ejemplo), es que hay gato encerrado. Desconfíen.

Con respecto a los artistas que hoy circulan por nuestros escenarios, no descubro nada nuevo en decir que si alguien es rematadamente malo (insisto, hablo de niveles muy por debajo de un Kaufmann o un Schrott, por ejemplo), es que está ahí por razones extramusicales. En las mujeres siempre ha saltado a la vista, por razones obvias (¿hace falta citar nombres?). En los hombres no ha sido nunca tan claro, pero los casos existen. De ahí la necesidad de subrayar el asunto.

Absolutamente nadie que se mueva en los escenarios con un mínimo de dignidad (y aquí están la mayoría de nuestros artistas) se puede sentir ofendido por mis afirmaciones. Mi líneas van contra "los otros".

PD: Atticus, en principio no incluyo a Grigolo entre mi lista de malos cantantes, pero aún tengo que escucharle mañana su Des grieux. Otra cosa es que, obviamente, su presencia escénica haya impulsado su carrera hacia niveles que no merece.

bruckner13 dijo...

@Fernando: ¿cuándo vas a publicar la crítica del ciclo brahmsiano de Giulini-Viena? :(
Con respecto a lo que hablas en este topic es algo que nunca acabará. El físico importa incluso en la ópera donde no podemos tomarnos el lujo de rechazar voces por este aspecto ya que no abundan precisamente los buenos cantantes.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Bruckner13, me han enviado tal cantidad de discos para comentar en los últimos tres meses que no solo me ha sido imposible reescuchar el ciclo Bruckner de Giulini con la atención que merece para escribir algo medianamente interesante sobre él, sino que apenas he encontrado tiempo para escuchar los discos o ver las películas que a mí me apetece. Obviamente me gusta recibir discos gratis, a quién no, pero resulta frustrante no poder invertir el tiempo de ocio de la manera en que más me apetece.

Pablo J. Vayón dijo...

"¿Hace falta citar nombres?"

Por supuesto que sí. Y si no, deja esto como conversación de taberna. No todo lo que vale en privado es permisible en público, y poner en duda la honorabilidad de las personas, de forma genérica, sin aportar un solo dato contrastable y sin pruebas, es una de esas cosas. Se trata sencillamente de un infame chismorreo que no debería de permitirse alguien como tú....

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pues nada, nada, quede esto como mera conversación de taberna.

Por cierto, no sé si recuerdas aquel artículo de Diario de Sevilla escrito bajo el pseudónimo "Pizarro" donde se acusaba veladamente, sin dar nombres pero con un clarísimo y significativo "Pace, pace, mio dolce tesoro" rematando la faena, al Maestranza de tiempos de José Luis Castro de contratar repetidamente a la soprano Patricia Pace (que no era mala cantante, dicho sea de paso) por ser la pareja de su responsable de producción, Giuseppe Cucccia.

Supongo que en el diario de cuya sección de música clásica presumo eres reponsable tiene también su sección de taberna, ¿no?

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Como salgo de viaje, yo mismo me permito poner punto y final a esta conversación: creo que el artículo que cité antes escrito por "Pizarro" en Diario de Sevilla fue en su momento necesario, porque es verdad que Cuccia, aunque su pareja fuera buena soprano, se estaba pasando, en el caso de ella y en el otros italianos de su círculo. Y también creo que entradas como la presente, aunque con razón se pueda dudar de su buen gusto, también son necesarias de vez en cuando. Espero, en cualquier caso, que este blog deje aparcado por un tiempo esta línea "belenestebánica". Ahora, a hablar de interpretaciones. Lo próximo, Walter Weller con la Orquesta de Valencia.

Pablo J. Vayón dijo...

Claro que lo recuerdo. Si lo publiqué yo. Yo era el responsable de aquella sección. Y aquella era una columna de contenido evidentemente satírico y mordaz (hasta la firma: Pizarro), en la que las cosas se trataban con el tono de humor, de ironía y de sarcasmo que es habitual en ese género. Es una cuestión de contextos: todo el que leía aquello sabía perfectamente en el registro literario en el que se movía. Además, para nuestra tranquilidad (la de entonces), puedo asegurarte que se procuraba siempre decir las cosas con la suficiente claridad como para evitar equívocos, hasta el punto de que algunas veces la columna era supervisada por alguien experto en asuntos de tribunales. Discúlpame si saco algo de pecho, pero cualquier comparación con lo que tú has hecho aquí es un insulto para Pizarro y para mi periódico.

Asier dijo...

Hombre, Fernando, la verdad es que no es tu estilo. Tu blog no necesita estas cosas, para amarillismos ya están otros, muchos, casi todos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Asier, te doy la razón. Gracias por tu consejo.

Pablo, contigo no estoy de acuerdo una vez más. Qué le voy a hacer. Cuando encuentre la diferencia entre el amarillismo de Diario de Sevila ("Arde la Sinfónica", menudo titular, ¿recuerdas?), te lo digo. De momento estoy corto de vista. Corto y cierro, que me espera Walter Weller.

Pablo J. Vayón dijo...

No, no, no, por favor, no confundas. Yo me responsabilizo de lo mío. La columna sarcástica que se publicaba en el suplemento Culturas y que firmaba Pizarro era mi responsabilidad, porque yo era el coordinador de aquellas páginas, y la referencia que hago en mi último comentario a "mi periódico" está dirigida justamente a eso: a aquello que yo publicaba o permitía que se publicara en "mi periódico" (en muchos casos, equivocándome; pero de los errores también me responsabilizo, por supuesto).

En "Arde la sinfónica" no tengo absolutamente ninguna responsabilidad, pero también te digo que de ese titular (seguramente sensacionalista y poco afortunado) a este post tuyo hay una distancia sideral: allí no se ponía en duda la honorabilidad de nadie de forma tan sesgada como tú has hecho.

Antonio dijo...

A mí lo que me cabrea, y muchísimo, es que organice, por ejemplo, un viaje a Valencia para el fin de semana del 18 y 19 de diciembre, para escuchar al Sr. Álvarez cantando Radames y al Sr. Maazel dirigiendo Manon, con el consiguiente gasto de transporte, alojamiento, manutención y entradas, y pocos días antes, el Sr. Álvarez cancele su aparición por ambiguas "razones personales" y el Sr. Maazel cancele también por no mucho más claras "razones de salud", que al parecer no le impiden dirigir un concierto en fechas muy próximas. Suerte que al final decidí no ir a Valencia. Pero al artista, o al teatro, hay que exigirle seriedad con sus compromisos; y quien sea que esté vendiendo humo, hay que exigirle responsabilidades y denunciar la situación. Porque una cosa es un imponderable de última hora y otra distinta es... otra cosa.

Eugenio Murcia dijo...

A Mortier le mencioné en Alicante el nombre de Ángel Carrascosa y me dijo que no lo conocía. Seguramente si le hubiera mencionado a Reverter o a González Mira, a Pérez de Arteaga o a Josep Pascual, me hubiera dicho lo mismo. Es muy posible que al único crítico español al que conozca sea Vela del Campo.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Pablo, gracias por la aclaración sobre "Arde la sinfónica". Sobre lo demás no tengo nada que añadir.

Antonio, las cancelaciones que mencionas a mí me han jorobado más que a ti, porque yo sí que me he desplazado a Valencia y gastado un pastón para NO escuchar a Maazel y a Marcelo Álvarez. Menos mal que la producción escénica de Manon es maravillosa y que de Omer Wellber se está hablando bien, pero si sé desde el principio que voy a tener en el foso a un valenciano desconocido en Massenet y que en Aida me toca repetir a De León, me hubiera ahorrado el dinero.

¿Seriedad? Sí, hay que exigirla. Y que conste que en mi gremio de profesores también se detectan ausencias "por el morro" con más frecuencia de la deseada. Por eso mismo en los últimos tiempos se nos exige bastante en tema de justificaciones.

Supongo que cuando un divo cancela un teatro no lo tiene nada fácil, porque si quieres tener la opción de contar con él en futuras ocasiones, no te queda más remedio que permitirle el capricho. Supongo que en el caso de Les Arts se le podrían cantar las cuarenta a Marcelo Álvarez, pero... ¿cómo se lograría entonces mantener su compromiso de cantar Tosca en mayo? Y aun así, está por ver que lo cante. Es un círculo vicioso sin salida.

Pablo J. Vayón dijo...

Por cierto, que ahora que lo pienso bien, si te acuerdas todavía de aquel titular es que cumplía su objetivo de llamar la atención. Algunos amigos del diario todavía nos reímos juntos cuando lo recordamos. Te invitaremos a la próxima reunión :-)

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Qué ingenioso eres, Pablo. Me muero por ser como tú. Aunque ahora que lo pienso, la ironía es propiedad reservada de Diario de Sevilla, ¿no?

Pablo J. Vayón dijo...

No, no. Mía, mía...

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