domingo, 8 de septiembre de 2024

Las mejores grabaciones de las sinfonías de Bruckner

La revista Scherzo publica, en lectura bajo pago, un artículo sobre los mayores directores brucknerianos y las mejores grabaciones de las sinfonías de Anton Bruckner a cargo del especialista Miguel Ángel González Barrio. ¿Me permiten ustedes que presente mi propia lista, siempre y cuando no tomen ustedes muy en serio estas quinielas que tienen mucho de gusto personal y poco de "científico"? Pues vamos a ello.


Recomiendo tener al menos dos integrales: la segunda y la tercera de Barenboim, Teldec y DG respectivamente. ¿De verdad recomiendo dos por el mismo director? Sí, porque son muy diferentes: organística, monumental y "celibidachiana" la de la Filarmónica de Berlín, más fluida y natural, también con mayor dosis de sensualidad y humanismo la de la Staatskapelle de Berlín. Me parece que el buen aficionado debe conocer también el ciclo de Karajan (DG), sobre todo ahora que ha pasado a Blu-ray audio. El segundo de Jochum (EMI) estaría también en la lista si no fuera por la discreta prestación de la Staatskapelle de Dresde y por las tomas de sonido; estas posiblemente mejorasen con un nuevo reprocesado. Ni que decir tiene que la caja con las sinfonías 3 a 9 por Celibidache es absolutamente imprescindible, pero no es una integral. 

De la Sinfonía 00 solo conozco una grabación en CD, la de Inbal (Teldec, 1990), que me parece irreprochable; recuerdo haber visto un vídeo con Thielemann y la Filarmónica de Viena (Unitel, 2021), pero estúpidamente no tomé anotaciones. Creo que me gustó bastante.

Para la Sinfonía 0 no hay mucho donde escoger; la de Barenboim con la Sinfónica de Chicago (DG, 1979) me parece perfecta.


Barenboim con la Filarmónica de Berlín (Teldec, 1996) podría ser la elección ideal para la Sinfonía nº 1, pero siento particular debilidad por la de Solti con la Sinfónica de Chicago (Decca, 1995).

La Sinfonía nº 2 encuentra en la sublime grabación de Giulini con la Sinfónica de Viena (EMI, 1974) una plasmación de reconocimiento unánime por parte de la crítica, aunque a mí no me gusta menos la de Barenboim con la Staatskapelle de Berlín (DG, 2012).

Permítanme una apuesta inhabitual para la Sinfonía nº 3: Sanderling con la Gewandhaus de Leipzig (Berlin, 1963). Junto a ellas, y no a menor altura, las de Celibidache en Múnich (EMI, 1987) y Barenboim con la Filarmónica de Berlín (Teldec, 1995).

No hay duda con respecto a la Sinfonía nº 4: Karl Böhm y la Filarmónica de Viena (Decca, 1973) firmaron la versión considerada como referencia por unanimidad. Aun así, no dejen de ver el vídeo de Celibidache con la Filarmónica de Múnich (Sony, 1989). Alguna otra interpretación de primera magnitud hay por ahí: aquí va la discografía comparada.

Dilema en la Sinfonía nº 5: la de Solti (Decca, 1980) me parece una opción ideal por estilo, ejecución, inspiración y grabación, pero la de Klemperer (EMI, 1967) tiene un movimiento conclusivo de genialidad absoluta. Me quedo con las dos, y también con la del siempre personalísimo Celibidache (EMI, 1993). Por lo demás, para mí sigue siendo un enorme misterio el prestigio del registro de Jochum en la Basílica de Ottobeuren (Philips, 1964).


La Sinfonía nº 6 me parece una de las menos logradas de las de su autor, así que para disfrutar de las cosas interesantes que contiene, que no son pocas, hay que acudir a Klemperer (EMI, 1964) y al vídeo de Celibidache (Sony, 1991, también en CD EMI), dos verdaderos monumentos a la interpretación musical.

No deja de ser curioso que la sublime Sinfonía nº 7 alcanzara sus dos mayores hitos discográficos con una misma orquesta, la Filarmónica de Berlín, con tan solo unos meses de diferencia dentro del año 1992: Celibidache (Euroarts) y Barenboim (Teldec). Quien quiera más versiones, aquí encontrará una discografía comparada.

La Sinfonía nº 8 permitió a Karajan dejarse el alma entera en la música al filmar la obra en la Basílica de San Florian (DG y Stage +, 1979) junto a la Filarmónica de Viena. Un hito histórico al que él mismo se acercó mucho en su siguiente registro con la misma orquesta (DG, 1988, también en vídeo). Creo que también es imprescindible conocer lo que hicieron Celibidache con la Filarmónica de Múnich (EMI, 1993) y Barenboim con la Staatskapelle de Berlín (DG y Accentus, 2010). La última grabación de Klemperer (EMI, 1970) sería una referencia si no fuera por los dichosos cortes que el de Breslau metió en el Finale.


Sin comentarios en los que se refiere a la Sinfonía nº 9: la grabación de Giulini con la Filarmónica de Viena (DG, 1988) es uno de los mejores discos sinfónicos de la historia, quizá el mejor de todos. No hay parangón posible.

14 comentarios:

kapsweiss2016 dijo...

Muy de acuerdo con sus preferencias. Para la sinfonía 8 prefiero la versión de Celibidache de Sony/ Altus mejor que la de EMI un poco excéntrica. Saludos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Gracias por la aportación.

Repaso mis notas y, efectivamente, quizá la versión de Sony/Altus sea preferible a la de EMI. Al menos, parece más ortodoxa e indiscutible. La diferencia de tempi, 97’41 la primera y 104’ la segunda, deja claro que esta última es algo muy especial. Sea como fuere, cualquier aficionado que se acerque a Bruckner tiene que escuchar al menos una de esas dos, aunque ha de comenzar, clarísimamente, por la de Karajan en San Florián.

kapsweiss2016 dijo...

Efectivamente, a eso me refería. La dilatación de los tempi en la versión de EMI hace que no pueda ser una primera opción. En ese sentido, Sony/Altus recoge mejor las virtudes de Celi y menos sus idiosincracias.

Aurora dijo...

Comparto la selección.
Me ha gustado especialmente la expresión "dejarse el alma" en relación a la Octava de Karajan en San Florian. No sólo amaba profundamente la obra, que formó parte de su repertorio vital, casi nadie sabe que el día de la grabación sufrió una de sus recurrentes crisis de dolores agudos de columna. Tuvo que permanecer postrado en el suelo de la sacristía hasta el momento de salir, negándose a cancelar el concierto por la cantidad de recursos y personas movilizadas para el evento.
El resultado es un documento histórico. El testimonio de un gran artista a quien con demasiada frecuencia se juzga de manera de forma superficial.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Kapsweiss, tiene usted razón, pero los muy celibidachianos pueden preferir la versión de Múnich precisamente por eso, por ser más idiosincrática. No sé, este juego de escoger es complicado.

Aurora, extremadamente interesante la anécdota que nos cuenta, porque explica el misterio de por qué Karajan en aquella ocasión se olvidó de posar y nos dejó ver su verdadero rostro; un rostro que emanaba una mezcla de sinceridad y potencia expresiva apabullantes. Otra ocasión en que pasó lo mismo fue en su no menos memorable Concierto de Año Nuevo.

Fouquier de Tinville dijo...

Sony publicó a finales de 2021 en CD/SACD la Séptima de Bruckner de Berlín:

https://www.hraudio.net/showmusic.php?title=15065&showall=1

En los comentarios a esa página se explica que esto es una digitalización del máster que se hizo para el Laser Disk que se preparó pero nunca llegó a comercializarse, mientras que el Blu-Ray, que sí se comercializó con Celi ya muerto, es un máster distinto, y de peor calidad, curiosamente.

Se puede comprar desde aquí:

https://www.cdjapan.co.jp/product/SICC-10372

Es imposible encontrarlo en otra fuente...

kapsweiss2016 dijo...

Releyendo su entrada, un comentario más. La fama de la sinfonía 5 por Jochum yo creo que viene más por la última grabación del director con la Concertgebouw (1985) en directo ( publicada por Tahra y otros sellos). La que usted refiere es claramente inferior. Con peor sonido y como leí por ahí un poco "trompetera".
Saludos.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Fouquier, muchas gracias. Conocía esa información, pero es probable que muchos lectores no lo hiciera.

Kapsweiss, conozco esa Quinta de Tahra y me parece, efectivamente, muy superior a la de Ottobeuren con la misma orquesta holandesa. Dicho esto, es la de Philips la que Ángel Mayo pone por las nubes en el extra Scherzo dedicado a la música sinfónica y en este mismo mes ha recomendado González Barrio en la referida revista. Me parece que hacen un flaco favor a Bruckner: quien empiece por ahí con la Quinta tendrá problemas para "encontrarle el punto".

kapsweiss2016 dijo...

La versión de Ottobeuren no estaría ni entre las 20 mejores versiones que tengo de esa sinfonía. El problema de siempre, opiniones de críticos que se manifestaron hace mucho tiempo y que se siguen manteniendo como dogmas aunque ya no se sostengan. Incluso aunque hayan venido después grabaciones muy superiores. Solución: hacer auténticas discografías comparadas y ver el resultado. Simplemente, discografías como las que usted nos obsequia en este blog. Gracias.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Tiene usted razón. Ángel Mayo fue un gran crítico y goza de una merecida "auctoritas", pero eso no significa que sus sentencias no deban ser revisadas. Reconocer a un maestro no debería implicar seguir a rajatabla sus opiniones.

En el mundo de la investigación pasa igual. En el caso de mi área, la arquitectura gótica y mudéjar de Andalucía, el grandísimo Diego Angulo publicó en los años treinta un libro sensacional en el que aportó una enorme cantidad de observaciones válidas, pero junto a ellas había otras que, sencillamente, eran desacertadas. Hace muy poco tuve la oportunidad de razonar científicamente uno de sus desaciertos, que eran pocos en cantidad, y alguien se me ha echado encima. Que quién soy yo para discutir las cronologías establecidas por Don Diego, me vienen a decir. Claro, para muchos es más cómodo seguir repitiendo lo que se ha tomado por dogma de fe durante décadas, porque un nuevo planteamiento parcial podría dar lugar a replanteamientos globales, y eso causa muchos quebraderos de cabeza.

Por supuesto, el asunto se pone mucho más feo si la persona a la que se considera digna de reconocimiento sigue viva y esta, en lugar de animar a sus "discípulos" a seguir su propio sendero, que es lo que hace un buen maestro, les acusa de herejía si se desvían. Entonces, apaga y vámonos.

En el caso concreto de Mayo, ya fallecido hace tiempo, entiendo que él aprendió a amar determinadas obras con grabaciones muy concretas; que se hizo una imagen mental a partir de ellas y que, con toda lógica, aun pasando muchas décadas no pudo cambiar de modelo. De ahí su amor por esa Quinta de 1964 por Jochum o por la Tercera de Kna de 1954 en Decca, otro registro que ponía por las nubes y que a mí me parece un tanto fallido, al menos en sus dos primeros movimientos.

En definitiva, creo que en el caso de la crítica musical cada uno debe seguir su propio camino. Es lógico y natural que haya más sintonía con unos "mayores" que con otros, y que por ende los gustos vengan a coincidir, pero hay dos actitudes que no son buenas: la de suavizar o modificar la opinión propia para coincidir con la considerada como ortodoxa, y la de llevar la contraria simplemente por decir algo distinto, parecer atrevido o demostrar personalidad.

Fouquier de Tinville dijo...

A mí la Quinta de Bruckner de Kna sí me gusta mucho (Decca, estéreo), pero coincido al 100% con la selección del autor del blog.

vicentin dijo...

En Bruckner no es asunto menor las ediciones, pues se trata del unico compositor que mantuvo varias partituras al mismo tiempo con notables variaciones de tempi, instrumentacion, y hasta material tematico. De hecho la sinfonia nº1 fue reescrita en muchisimos tramos, y en la segunda y tercera sinfonia las ediciones Urfassung aportan mucho mas material e ideas y planteamientos radicalmente opuestos a las ediciones terminadas. La cuarta igualmente tiene movimiento final (Volkfest) y hasta el scherzo en nada tienen que ver. Quinta se sabe que los añadidos de "12 apostoles" del movimiento final, es espureo, pero parece que sancionado correctamente por el compositor. En la Septima el famoso "timbalazo " del adagio (gilt nich), a mi me parece correcto darlo pues otorga a la musica mas grandiosidad. Octava Urfassung Vs ediciones finales Vs Schalk...Novena Lowe vs Orel. Mi consejo? Conocer todas las ediciones posibles sin prejuicios ni hacer caso a determinados apostoles "tabilanes" por un lado o por Otro. Para conocer un Bruckner mas escarpado y menos guiado por el juicio mediatico, acudir a fuentes como Kent Nagano ( urfassung 3 y 4 ), Georg Tintner ( excepcionales segunda, tercera y 00), Russel Davies ( cuarta urfassung con aires berliozianos (sic), Octava Urfassung en Linz, el infravalorado Eilahu Inbal ( sobre todo las tercera, cuarta y octava). Fuentes historicamente "desinformadas" curisosamente de raiz Judeo-wagneriana, de Kna, partituras retocadas por los discipulos de Bruckner en tercera, cuarta, quinta, y septima. Novena inclasificablemente tortuosa para el oido. Y una cosa mas. Celibidache es un experimiento, en especial los ultimos testimonios en Munich. Bruckner ni es necesariamente lento, ni catolico, ni una acumulacion de sonidos.

Fouquier de Tinville dijo...

Estos días estoy escuchando el ciclo de Karajan, y me está encantando. Tiene un nivel medio altísimo, y es de una perfección y opulencia asombrosos. La atención a los detalles es realmente pasmosa. En las grandes sinfonías hay muchas grandes versiones, y Karajan volvió a ellas después, pero en las menos populares estas grabaciones son realmente de primerísimo nivel: la 1, 2, 3 o la 6; la 5 y la 9 son también magníficas, así como las otras tres, aunque en la 7 y 8 Karajan iría más allá después. Es un ciclo que, para mí, sólo tiene la competencia de los de Barenboim (el de Karajan es más o menos de la época del primero del argentino). En su estilo, claro.

Fernando López Vargas-Machuca dijo...

Completamente de acuerdo. Saludos desde Bologna.

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